La mitad de los vascos tiene un fondo de pensiones de empleo

El Consejo de Ministros aprobó ayer martes el anteproyecto de ley para la creación de los fondos de pensiones de empleo, para los que el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha tomado como modelo la experiencia de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) de Euskadi. Los planes de empresa ya existen en España, la diferencia que introduce este anteproyecto es la "implicación directa" por parte del Estado y, en concreto, de la Administración Pública y de la Seguridad Social en la promoción de los fondos de empresa.

En Euskadi, las EPSV están bajo el control y la supervisión del Gobierno vasco y tienen por finalidad principal pagar pensiones complementarias a las que abona la Seguridad Social. El 48% de los asalariados vascos están cubiertos por estas entidades frente al 10,2% de los trabajadores del Estado que están cubiertas con planes de empleo. Para alcanzar la cifra de Euskadi, se puede requerir "una década o dos", según Escrivá, en función de la generalización de los planes de empresa en los próximos años.

El Gobierno observa que en las últimas décadas se ha acentuado el desequilibrio entre los fondos privados y los colectivos, debido a la falta de atractivos suficientes para participar en los últimos. Por esta razón, la reducción de las comisiones, en comparación con los fondos privados, es una de las ventajas que los fondos de empresa pretenden ofrecer a sus partícipes.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Escrivá recordó que este proyecto tiene como objetivo fundamental que aumente la población con acceso a estos instrumentos de ahorro a largo plazo, con "condiciones de certidumbre" y "a coste reducido desde el punto de vista de las comisiones", pensado para rentas bajas y medias.

Otro de los motivos del Gobierno para potenciar los planes de empleo se basa en el informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) de 2020, que evidenció el carácter regresivo del diseño de los planes individuales, con beneficios solo para las rentas más altas. La Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2022 ya recoge que la deducción en el IRPF sea de 1.500 euros en la base imponible de los planes individuales y de 10.500 euros en los planes colectivos, para trasladar los beneficios fiscales a las rentas medias y bajas.

Así, las empresas que desarrollen planes de pensiones para sus trabajadores podrán deducirse en las cotizaciones a la Seguridad Social las aportaciones a dichos planes, hasta un máximo de 115 euros al mes por empleado o 1.380 euros al año, lo que supondría un ahorro de casi 400 euros por trabajador. Además el trabajador podrá hacer a los planes de empleo una aportación mayor a la de la empresa a efectos de la deducción fiscal en el IRPF, mientras que hasta ahora su contribución solo podía ser igual a la de la empresa.

El trabajador se deducirá de la base imponible del IRPF su contribución, que podrá llegar a 1.250 euros anuales si la empresa pone hasta 500 euros, a 2.000 euros si la empresa pone entre 501 y 1.000 euros, a 2.250 euros si la empresa aporta entre 1.001 y 1.500 euros y a igual cantidad que la empresa si ésta aporta más de 1.501 euros.

Aportaciones

En el caso de Euskadi, las aportaciones se pueden realizar a través de diferentes EPSV. Casi la mitad de la población activa vasca dispone de una Entidad de Previsión Social Voluntaria de empleo, que normalmente es realizada por el empleador y empleado a partes iguales y siempre a favor de la persona trabajadora. En todo caso, siempre es posible realizar una aportación a una EPSV individual con el fin de complementar la pensión pública. Los nuevos planes de pensiones de empleo del Gobierno español no afectarán a los de Euskadi. En todo caso, los ciudadanos vascos podrán decidir si optan por el modelo EPSV o por el nuevo.

Tras su aprobación en el Consejo de Ministros, Escrivá remitió el anteproyecto a las Cortes Generales para su tramitación parlamentaria.