Tras tres triunfos consecutivos, la buena racha de la Mutilvera se truncó ante un Gernika también en un gran estado de forma. A pesar de adelantarse en el marcador en la primera mitad por medio de Imanol. En la reanudación se vino abajo y acabó perdiendo. Este equipo no tiene término medio porque aún no ha logrado un empate, puntos que podría echar en falta a final de temporada. Y es que el cuadro navarro cierra la primera vuelta sin haber sumado ni un solo empate, solo ha cosechado victorias o derrotas.
Con las novedades en el once del mediocentro Cubillas y el atacante Sola, la Mutilvera comenzó ambiciosa el encuentro llevando la iniciativa y sin rehusar el juego directo. Precisamente así llegó el 0-1 en la primera oportunidad clara de los dos equipos. El guardameta Ekiza sacó con el pie en largo y Sola peinó de cabeza dejando a Imanol solo ante el guardameta al que superó con una precisa picada para anotar su segunda diana del curso tras la lograda la tercera jornada en Beasain.
Con la ventaja en el marcador, los navarros mantuvieron su prestaciones con una presión ciertamente activa en el centro del terreno y eficaz en ataque creando algunas superioridades por las bandas. Solo le faltaba un mayor acierto en el último pase para generar más oportunidades y ampliar la renta ante un conjunto local desorientado y sin poder de reacción ante un oponente tan serio como equilibrado.
Los minutos pasaron sin apenas novedades en el césped de Urbieta con las defensas imponiendo su ley cerca de sus áreas respectivas. Solo una palomita de Ekiza a chut mordido de Carvajal y otra buena respuesta del portero visitante a disparo centrado de Gallastegi fueron los únicos resquicios de una primera mitad equilibrada en su último tramo.
El encuentro cambió su fisonomía en el arranque del segundo acto. Los recién incorporados Gorka, Marcos y Giovanni avisaron con las dos primeras claras ocasiones, la última desbaratada por Ekiza en un disparo a bocajarro. Pero nada pudo hacer el guardameta visitante para evitar el tanto de Ibai Sanz en área pequeña tras un servicio desde banda derecha. El Gernika encontraba así premio a su mayor intensidad que obligaba a replegarse en exceso a la Mutilvera. Para evitar que el equipo se echara demasiado atrás Jon Erice introdujo en el campo a Jaime Dios para dar al equipo más posesión en la medular. Esa modificación pareció aportar frescura y de ahí surgió un mano a mano de Yoldi salvado entre Altamira y la defensa.