La Estrategia Vasca de Seguridad y Salud en el Trabajo 2021-2026 amplía el enfoque tradicional en este terreno al incorporar los riesgos asociados a nuevas modalidades laborales como el teletrabajo e incluir las perspectivas de género y envejecimiento.
La vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, ha comparecido este miércoles en el Parlamento Vasco para informar de esta estrategia aprobada en diciembre por el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan, acompañada por la viceconsejera, Elena Pérez Barredo, y la directora general de Osalan, Lourdes Íscar.
Mendia ha explicado que en la actualidad "todavía se producen accidentes propios del siglo XIX" que son investigados y sancionados, pero Euskadi no quiere "quedarse en actuar después" de estos siniestros, sino que apuesta por "actuar en las causas para que el trabajo no sea la razón por la que alguien se ponga enfermo o muera".
De hecho, el aumento del presupuesto de este año (un 18 % más hasta llegar a los 17,2 millones de euros) servirá para reforzar la plantilla y crear nuevas herramientas para apoyar pymes y autónomos y sectores "delicados" como el sociosanitario y la ayuda a domicilio, por ser "quienes más dificultades tienen para contar con pautas de prevención".
Pero el foco se pondrá en "investigar y saber por qué" hay accidentes o los trabajadores enferman: "Esa es la clave con la que hay que entender esta estrategia. Ir a las causas, hacernos preguntas nuevas para ofrecer respuestas nuevas", ha argumentado la consejera.
En este sentido, se ha cuestionado: "Si hombres y mujeres tenemos condiciones y posiciones sociales y económicas diferentes en cuanto al trabajo. ¿Es igual la siniestralidad en hombres y en mujeres?".
Otros retos de la nueva estrategia serán determinar cuántos accidentes se producen como consecuencia del estrés, cómo proteger la salud de un teletrabajador, cómo prevenir el aislamiento, la hiperconexión o el síndrome del trabajador quemado o cómo proteger por ejemplo a los repartidores del comercio online.
La estrategia también incorpora otras perspectivas como la procedencia, la diversidad funcional y la edad de los trabajadores, con la aparición por ejemplo de enfermedades crónicas propias del envejecimiento.
"Hasta ahora la prevención de riesgos laborales se basaba en el puesto de trabajo y sólo en el puesto de trabajo, sin tener en cuenta que nuestras diferencias físicas y sociales nos hacen diferentes y nos hacen correr riesgos o enfermedades distintos. Y eso es lo que pretende atajar esta estrategia", ha señalado Mendia.
Esta nueva estrategia, ha resumido, es "una hoja de ruta de seguridad y salud ante la nueva realidad económica, los nuevos empleos, la realidad demográfica de la población ocupada y la imprescindible visión de género para que la integridad física y psíquica no sea un factor añadido de desigualdad".
Los grupos parlamentarios han valorado el "cambio de paradigma" que supone la inclusión de perspectivas novedosas en la estrategia, aunque la representante de EH Bildu Pazis García ha criticado que es "condescendiente con la escasa integración de la prevención en las empresas y "a veces resulta equidistante entre la responsabilidad" de estas y sus trabajadores.
Jon Hernández (Elkarrekin Podemos-IU) ha "echado en falta un análisis sobre la doble jornada de las mujeres" por la desigual conciliación, lo que supone "fatiga y una carga de trabajo mayor", mientras que Laura Garrido (PP+Cs) ha dado un voto de confianza a Osalan, aunque ha advertido de que su grupo estará "vigilante".
Desde los partidos del Gobierno, la nacionalista Laura Pérez y el socialista Ekain Rico han valorado el avance que supondrá esta estrategia para hacer efectivo el "derecho social a tener un empleo de calidad, digno y seguro".