La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado una décima a la baja su previsión de crecimiento para el Estado en 2023 y en 2024, que estima ahora en el 2,4% y el 1,4%, respectivamente, mientras que anticipa un rebote de la actividad para 2025, cuando la expansión del PIB se estima en el 2%.
A pesar de la revisión a la baja, la economía española continuará creciendo sensiblemente por encima de la media esperada para la zona euro, cuyo PIB aumentará un 0,6% este año, un 0,9% el siguiente y un 1,5% en 2025.
En sus nuevas proyecciones, la OCDE señala que la demanda interna será el principal motor del crecimiento estos años, aunque anticipa una moderación del crecimiento del consumo privado y la inversión por las estrictas condiciones financieras y la inflación persistente en 2024, antes de repuntar en 2025.
"El endurecimiento de la política monetaria está influyendo en la actividad", resume en su informe, donde destaca el endurecimiento de los estándares crediticios para los préstamos a empresas y consumidores y el aumento del coste de los préstamos para todos los sectores sin olvidar que "los hogares están muy expuestos al aumento de los tipos de interés", puesto que el 70% de las hipotecas se basan en tipos variables.
Asimismo, el 'think tank' de las economías avanzadas advierte de que la demanda externa respaldará menos el crecimiento que en años anteriores y apunta que el crecimiento de las exportaciones y las importaciones ha bajado en los últimos trimestres a medida que la actividad en los principales socios comerciales del Estado ha disminuido.
En cuanto al empleo, en su análisis destaca la robustez demostrada por el mercado laboral y anticipa que la tasa de paro se moderará este año al 12% desde el 12,9% en 2022, manteniéndose estable el próximo año y reduciéndose al 11,8% en 2025.
De este modo, la OCDE confía en que la esperada disminución gradual de las presiones inflacionarias, junto con la resiliencia del mercado laboral y el despliegue de proyectos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) apoyarán el crecimiento en 2025.
En cualquier caso, avisa de que las perspectivas están rodeadas de riesgos importantes, incluyendo una mayor escalada de los conflictos geopolíticos que impulsara los precios de la energía y la inflación, empeorando las perspectivas económicas de los principales socios comerciales del Estado español.
Además, una lenta implementación del PRTR podría frenar el crecimiento más de lo esperado, mientras que una mejora más rápida de lo esperado en el entorno internacional y un mayor impacto de los fondos europeos respaldarían la actividad.
REPUNTE DE LA INFLACIÓN
Las nuevas previsiones de la OCDE para el Estado confirman la expectativa de que la inflación armonizada este año se situará en el 3,5%, con un repunte al 3,7% en 2024, para moderarse sustancialmente en 2025 al 2,3%.
En el caso de la tasa subyacente, que excluye el efecto de la energía y de los alimentos, la previsión apunta a que ronde el 4,3% este año y se modere al 3,1% el siguiente para bajar al 2,2% en 2025.
"Se espera que la inflación repunte en el primer semestre de 2024, ya que las medidas para reducir la inflación de los precios de la energía se eliminarán gradualmente a partir de diciembre de 2023", advierte la institución con sede en París, subrayando que la subida de los precios volverá a moderarse hacia finales de 2024 y en 2025.
CONSOLIDACIÓN FISCAL MÁS FUERTE
Respecto de las cuentas públicas, si bien la OCDE reconoce en sus proyecciones la tendencia a la baja del déficit fiscal, advierte de que "se necesita una consolidación fiscal más fuerte y sostenida" para mantener la deuda en una senda descendente y crear espacio para gastos relacionados con el envejecimiento y que mejoren el crecimiento.
De este modo, ha mejorado sus pronósticos de déficit, que cerrará este año en el 3,6% del PIB para reducirse en 2024 al 3,2% y al 3,1% un año después, cuando hace un mes anticipaba un desequilibrio negativo del 3,8% en 2023 y del 3,5% en 2024.
En este sentido, espera que la mayoría de medidas para combatir el aumento del coste de la vida finalicen en diciembre de 2023 y que los recortes de impuestos a la energía y los alimentos se eliminen gradualmente en la primera mitad de 2024.
En cuanto a la deuda pública, la OCDE prevé que se sitúe este año por encima del 109% del PIB y en torno al 110% los dos ejercicios siguientes, en línea con las anteriores proyecciones.
Para aumentar la productividad y la innovación, recomienda centrar los esfuerzos en fomentar proyectos de I+D a través de asociaciones entre empresas e institutos de investigación, y reducir las diferencias regulatorias entre regiones.
Asimismo, para cumplir los objetivos en la lucha contra el cambio climático considera que será necesario un régimen fiscal más respetuoso con el medio ambiente, con una base impositiva más amplia y menos exenciones.
COMPENSAR CUALQUIER AUMENTO DEL GASTO
De este modo, si bien para el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, resulta totalmente apropiado que un Gobierno electo decida aumentar el gasto en áreas que considera prioritarias sería adecuado compensarlo con ajustes en otras consideradas menos relevantes.
"Es una cuestión de reequilibrio", ha subrayado el australiano, subrayando que "es enteramente apropiado e importante que los gobiernos electos implementen su agenda", pero advirtiendo también de la importancia de "compensar cualquier aumento en el gasto en prioridades más altas con reducciones en el gasto en áreas comparativamente de menor prioridad".
Asimismo, la economista jefe de la OCDE, Clare Lombardelli, ha recomendado al Ejecutivo español realizar revisiones del gasto y más análisis del coste-beneficio de las medidas, mientras que en cuanto a los ingresos, considera que el Estado español podría hacer más en materia de elusión fiscal, recaudación de impuestos, uso de métodos electrónicos y también ampliar las bases para el IVA y los impuestos medioambientales.