Con niveles récord de producción y consumo, el narcotráfico de la cocaína se ha disparado tras la pandemia de covid-19 y experimenta un auge inédito, asociado cada vez más a brotes de violencia e inestabilidad sociopolítica en varios países, advirtió la ONU este miércoles en Viena.
El Informe Mundial sobre Drogas 2024, difundido por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), recuerda que la mayoría de la cocaína se produce en la región andina de América del Sur.
EE.UU. y Europa, los grandes consumidores
Si bien esta droga llega a todas las regiones del planeta (más del 90 % de los países han informado de incautaciones desde 2019), su mayor mercado de destino sigue siendo Estados Unidos, seguido de Europa.
"Tras un paréntesis durante la pandemia de covid-19, el mercado mundial de cocaína ha seguido expandiéndose" en todos sus aspectos, desde la oferta y la demanda hasta las rutas de contrabando y los mercados de consumo, indica el documento.
Récord de producción y demanda
"El nivel de fabricación de cocaína alcanzó un nuevo récord en 2022, con 2.757 toneladas de cocaína pura", un 20 % más que el año anterior y el triple de los volúmenes de 2013 y 2014, añade.
Según los indicadores de consumo de la cocaína, también crece la demanda de esta droga.
La ONU estima que 23,5 millones de personas -el 0,45 % de la población mundial- consumieron cocaína en 2022.
Las incautaciones confirman que el tráfico internacional de cocaína se realiza principalmente por mar: el 80 % de las cantidades incautadas en los últimos años fueron confiscadas en operaciones marítimas, porcentaje que superó el 90 % en 2023.
Las rutas marítimas abarcan áreas geográficas cada vez más extensas.
Violento impacto
La ONUDD destaca que el auge del narcotráfico está asociado a un fuerte aumento de la violencia y los enfrentamientos entre bandas criminales, una tendencia que amenaza la estabilidad social y política de las naciones afectadas.
"El impacto del tráfico de cocaína es visible en países como Ecuador, donde, en los últimos años, el aumento de la cocaína procedente de Colombia ha provocado una ola de violencia letal vinculada a grupos delictivos locales y transnacionales", destaca la organización con sede en Viena.
Reflejo de este desarrollo es un aumento paralelo del decomiso de cocaína y el número de homicidios: entre 2019 y 2022, ambos se quintuplicaron en Ecuador.
Según el informe, los índices de asesinatos más altos se registraron en zonas costeras utilizadas para el contrabando de la cocaína con destino a Norteamérica y Europa.
La mayor parte de los grupos de delincuencia transnacionales que protagonizaron el violento deterioro provenían de México y de países de los Balcanes.
También en la región del Caribe se registró un incremento de la violencia y los homicidios junto a un aumento de las cantidades de cocaína incautada.
Hospitalizaciones y muertes
Por otro lado, en los mercados de demanda, sobre todo en Europa occidental y central, "son cada vez más evidentes los daños" que causa esta droga.
"La intensidad del consumo está aumentando, al igual que las hospitalizaciones, la demanda de tratamiento para la cocaína 'crack', y las muertes", resalta el informe.
Si bien el consumo sigue concentrándose en América y Europa, han surgido nuevos centros de distribución en las cadenas de suministro global y los mercados se están expandiendo hacia África y Asia.
"Cada vez hay más pruebas de un aumento del consumo y de los daños relacionados con la cocaína en países de África y Asia", indica la ONU, aunque admite que la escasez de datos dificulta evaluar al completo la situación.
"La demanda regional sigue siendo desigual (en África y Asia) y la falta de datos impide comprender con claridad el nivel de consumo en estas dos regiones", concluye el informe.