Naciones Unidas ha pedido este sábado el cese de los combates y la protección de la población civil en las zonas costeras y centrales de Siria, donde desde el jueves se están produciendo intensos choques entre las fuerzas de seguridad y grupos insurgentes que han provocado la muerte de más de 600 personas.
"Instamos a todas las partes a que cesen inmediatamente las hostilidades y protejan a los civiles, la infraestructura civil y las operaciones de ayuda, de conformidad con el derecho internacional humanitario", han dicho en un comunicado el coordinador residente y humanitario de la ONU para Siria, Adam Abdelmoula, y el coordinador humanitario regional para la crisis de Siria, Ramanthan Balakrishnan.
Los responsables de la ONU han afirmado que siguen de cerca "los inquietantes acontecimientos en las zonas costeras y centrales de Siria", donde se están produciendo intensos choques entre las fuerzas de seguridad y grupos de la minoría alauita leales al depuesto presidente sirio, Bachar al Asad.
"Según se informa, miles de personas han sido desplazadas en las zonas costeras", han indicado en la nota, en la que han apuntado que el impacto de los ataques en la infraestructura civil "es grave" y que seis hospitales y varias ambulancias "han quedado inoperativos debido a los combates".
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, más de 600 personas han muerto desde el estallido de la violencia, entre ellas más de 200 combatientes de ambos bandos.
La ONG ha denunciado que gran parte de los 428 civiles alauitas fallecidos han muerto "ejecutados a sangre fría" por las nuevas fuerzas de seguridad sirias y otras agrupaciones aliadas de Damasco que participaron en la ofensiva para derrocar al régimen de Al Asad el pasado 8 de diciembre.
Los choques estallaron el jueves, después de que insurgentes alauitas lanzaran un ataque contra las fuerzas de seguridad en la localidad de Jableh, en Latakia, lo que desencadenó la mayor ola de violencia en Siria desde el derrocamiento de Al Asad.
Las nuevas fuerzas sirias están mayoritariamente compuestas por excombatientes de la ahora disuelta alianza islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), la agrupación que lideró la ofensiva contra Al Asad y cuyas raíces proceden del Frente Al Nusra, la exfilial de Al Qaeda en Siria.