Japón es el gran gigante tecnológico del planeta, el país de la robótica y la disciplina en el trabajo. Pero, en el ámbito de las renovables, Euskadi y los nipones se miran cara a cara, según el análisis que realiza el Gobierno vasco y que ha abierto ya una ventana de oportunidad para las pymes con label autonómico. La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, encabeza estos días una misión empresarial al país del sol naciente, donde se han mantenido ya contactos con firmas de la talla de Nissan.
Se ha identificado con claridad la oportunidad de ampliar las exportaciones (en la actualidad, el balance es negativo para Euskadi, que compra más a Japón de lo que vende), penetrando por el ámbito de la energía eólica offshore, la descarbonización de los vehículos y el hidrógeno. “Los mercados verdes están eclosionando en Japón”, alientan sobre una misión donde resulta clave la mediación de la directora de la agencia Basque Trade and Investment, Moe Kato, para superar las barreras culturales.
Eólica y automóvil
En un encuentro mantenido este viernes en Tokio con los medios de comunicación vascos, Tapia recordó que Japón es un país prioritario dentro de la estrategia de internacionalización vasca. Es un mercado complejo, pero Euskadi “tiene un potencial de exportación que no explota al máximo”. El número de firmas vascas exportadoras asciende 376, sobre todo por el flanco del aluminio y componentes de coches, mientras que se importan acero y vehículos.
En la actualidad, son ocho las empresas vascas implantadas en Japón, con nueve implantaciones de oficinas comerciales, y dos productivas. Destaca el sector de la automoción, con la planta de Gestamp como un ejemplo paradigmático. En Japón hay más de noventa empresas de ensamblaje, y Euskadi puede ofrecer sus componentes. En la agenda de contactos, por ejemplo, aparece Mitsubishi. Euskadi no se va a centrar tanto en la automoción en sí misma, sino en el proceso de descarbonización, muy relevante para impulsar el vehículo eléctrico.
Otro de los sectores clave es la energía eólica offshore, la que se sitúa en el mar. Japón ha tenido dificultades para impulsar esta energía por su compleja orografía, porque su territorio está muy poblado, lo que limita el espacio físico para instalar los equipos, y el resto es muy montañoso, lo que plantea discusiones ecológicas como ocurre en Euskadi. La clave puede venir de la energía offshore, sobre todo la flotante, donde ya hay contactos con las empresas. De los 5 gigavatios de eólica que produce actualmente Japón, quiere llegar a 15 en 2030, y la mitad sería offshore. “Ahí tenemos una oportunidad”, cree Tapia. Toda la cadena de producción podría ser vasca, con Siemens Gamesa, con Vicinay para las cadenas, o las plataformas flotantes que ya han impulsado Nautilus y Saitec. Gran parte del peso lo llevan las pymes. “Todo este proceso puede ser de Euskadi y ya está empezando a serlo”, alienta Tapia.
Fukushima, puerta de entrada
El pasado martes, Tapia mantuvo una reunión con el CIC, uno de los centros de innovación claves en Japón. La clave radica en que Japón es una potencia, pero necesita diversificar. “La relación natural de Japón es con Estados Unidos, ¿por qué no introducirse en Europa a través de Euskadi?”, se pregunta la consejera, quien constata que, tras la guerra en Ucrania, Japón necesita nuevos mercados por la volatilidad de la relación con China.
La pista de aterrizaje de Euskadi es Fukushima. Con esta prefectura y con Mie ya existen memorandos de entendimiento. En el caso de Fukushima, esta prefectura fue azotada por el tsunami y el posterior accidente nuclear, lo que la ha convertido en un banco para las pruebas piloto de las renovables en Japón. “En Fukushima nos conocen muy bien, y si Japón ha elegido a Fukushima como testeo para las renovables, puede ser una puerta de entrada. Somos un país con una regulación muy segura y estable, y eso para ellos es también muy relevante”, reivindica.
En lo que va de viaje, se ha participado en sendas ferias energéticas en Fukushima y Fukuoka. También se ha participado en un encuentro con el vicechairman del offshore wind, con más de 300 empresas asociadas y donde Euskadi interesa. Se identifican las firmas de las pymes, así como Sener e Iberdrola. Nissan, incluso, conoce el ecosistema de Basque Volt y se ha fijado en las baterías en estado sólido. Está previsto que el lunes se produzca un encuentro con el lehendakari y más de treinta empresas vascas de la misión energética que será todo un escaparate. Asimismo, quince bodegas de txakoli tienen la expectativa de vender marca en Tokio.