Mientras el Govern se jacta de arrancar una nueva etapa con un Ejecutivo “independentista, cohesionado, dedicado al 100% a trabajar en el bienestar de la ciudadanía y que representa la vía amplia y los consensos del 80%”, destacando los “perfiles transversales” de los nuevos consellers –que incluyen a gente de la órbita del PSC, Podemos y la antigua Convergència–; los grupos de la oposición, desde diferentes prismas, coinciden en criticar la “debilidad” del gabinete de Pere Aragonès. Desde Junts, que reclama que se someta a una cuestión de confianza, hasta los socialistas catalanes, que reprochan su condición de vetados, pasando por los comunes, que ven poco recorrido al gobierno en solitario de los republicanos. En este escenario, Esquerra redobla su presión sobre los posconvergentes para que respalden los Presupuestos que diseñó su responsable económico y no se lancen a un trabajo de “destrucción”. “ERC asume todas las responsabilidades en este momento de dificultades económicas y sociales, e insta a tener sentido de país en lugar de poner por delante otros intereses de partido”, valoró la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta. “Si las políticas que impulsaron los consellers de JxCat eran buenas para el país, pensamos que seguirán siendo buenas”, consideró la portavoz tras escuchar los argumentos de Junts.
Al tiempo que la consellera Laura Vilagrà equiparaba el discurso de Laura Borràs con el de Vox, la suspendida presidenta del Parlament se expresó con rotundidad. “Aragonès está en minoría absoluta y su Govern es un artificio porque no representa al 80% de la sociedad que pretende sino al 21%”, que son los votos de ERC. “Ha sido él quien deseaba tener otras relaciones y ahora tiene el Govern que quería en su momento. El problema es que para llegar hasta aquí tuvo que hacer un acuerdo que ha incumplido y traicionado”, manifestó la presidenta de Junts, que denunció cómo Esquerra “nos invitó a salir con unas formas no muy agradables”. Borrás precisó que no piensa dimitir de su cargo hasta que Aragonès no dimita como president y le retó a que “revalide la mayoría” en la Cámara. Sin aclarar qué votarán en las Cuentas, JxCat asegura que ejercerá una oposición “responsable y constructiva”. También el secretario general, Jordi Turull, recalcó que el president debe someterse a una cuestión de confianza, a la que votarían “no” si no perciben un cambio de proyecto. A su juicio, el nuevo Ejecutivo sitúa a Catalunya “no antes de 2017, sino de 2012”, al incluir a figuras como Carles Campuzano, excompañero en CDC y el PDeCAT, de quien resaltó que públicamente avaló que había que “abandonar” el procés. A diferencia de su predecesor Jordi Sànchez, Turull cree que “el proceso soberanista como tal no se ha acabado ni se acabará”, vista la movilización de la calle.
Por su parte, desde el PSC critican la “irresponsabilidad” de Aragonès por rechazar su mano tendida, emplazándole a que se explique sobre los apoyos con los que piensa gobernar. La portavoz socialista, Elia Tortolero, sostuvo que “es una mala noticia” que el Jefe del Govern anuncie un “gobierno del 80 %” de los catalanes que defienden un referéndum, porque deberían gobernar para el 100%” de la sociedad. “Este gobierno representa al 21,3 %”, puntualizó, coincidiendo en este término con Junts. Por ahora, los socialistas no se plantean ni la cuestión de confianza ni que se convoquen elecciones, ya que “la gente quiere estabilidad y no es el momento de cálculos electorales”. Esquerra respondió al PSC que no recogen su guante porque no comparten con ellos “ni objetivo ni rumbo”. “Si tienden ahora la mano para aprobar los Presupuestos, que lo hagan también para superar la represión y dar la oportunidad de decidir el futuro colectivo de Catalunya”, replicó Vilalta, que tampoco descartó una prórroga presupuestaria acompañada de “medidas correctoras”.
Estabilidad
Desde Moncloa, la ministra María Jesús Montero, afirmó que en este “cambio de ciclo” el Gobierno de Pedro Sánchez muestra su disposición de contribuir a la estabilidad. Pero desde Unidas Podemos, su presidente en el Congreso, Jaume Asens, enjuició que el nuevo Govern es el “más débil” de la historia de Catalunya y que “tiene los días contados” si no es capaz de tejer acuerdos de calado con las fuerzas progresistas, con el PSC y los comunes. Sobre el fichaje de Aragonès de Gemma Ubasart, que fue secretaria general de Podem Catalunya y miembro de la dirección estatal morada, indicaron que superar esta inestabilidad “no es cuestión de perfiles ni de nombres”.