La incidencia acumulada en siete días por cada 100.000 habitantes ascendió en Alemania a 183,7, según datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología actualizados en la madrugada del sábado.
El viernes, la cifra ya había escalado a 169,9 infecciones por cada 100.000 habitantes, frente a las 154,5 de la jornada anterior.
El RKI registró además 34.002 nuevos contagios en 24 horas, después de que jueves y viernes se hubieran batido dos récords consecutivos desde el inicio de la pandemia, con 33.949 y 37.120 nuevas infecciones respectivamente.
Según las nuevas informaciones del instituto de virología, en la última jornada se produjeron además 142 muertes por covid, 12 menos que el día anterior, aunque el dato es claramente superior a los 90 decesos registrados hace una semana.
El ministro de Sanidad en funciones, Jens Spahn, se reunió el viernes con los responsables de sanidad de los "Länder" para acordar medidas con que hacer frente a la cuarta ola que en la actualidad golpea al país "con plena fuerza", según el titular.
Spahn advirtió de que la situación podría volverse especialmente complicada dentro de unas semanas, cuando una parte de los nuevos contagiados comiencen a llegar a las unidades de cuidados intensivos.
Para atajar la oleada de nuevas infecciones, los ministros decidieron reforzar los controles para garantizar el cumplimiento de las normas que solo permiten acceder a ciertos espacios a personas vacunadas, restablecidas o con un test negativo ("3G", por las siglas en alemán).
Además, en aquellas regiones con una incidencia especialmente alta, está previsto que las reglas sean más restrictivas para aquellos que no están vacunados o restablecidos (el conocido como "2G").
El estado federado de Sajonia hará uso de esta regulación a partir del lunes, de forma que será imprescindible la vacuna o haber superado la covid para acceder a restaurantes, discotecas o eventos culturales.
Los responsables de sanidad decidieron también reforzar la seguridad en residencias de ancianos e impulsar la campaña de vacunación de la dosis de refresco, en particular entre los más mayores y el personal sanitario.