Tras la tormenta, ha llegado por fin la calma a la vida de María Ángeles Otegi, la vecina octogenaria de Usurbil bajo amenaza de desahucio en los últimos meses. Finalmente esta mujer de 81 años, que hace dos meses denunció públicamente su situación, podrá quedarse en el piso en el que viene residiendo desde hace tres décadas. Una noticia esperada que ha sido posible gracias a "la solidaridad" que la subasta de su vivienda "ha despertado en el municipio".
El único modo de parar el procedimiento era consignar en el juzgado la deuda que tenía esta mujer con el prestamista Reno Amussement S.L., lo que ha sido finalmente posible gracias a la implicación de un vecino de la localidad, quien ha abonado la cuantía para adquirir la vivienda, permitiendo así a la mujer el usufructo vitalicio. "Está muy contenta, porque además conoce a la familia que se ha implicado en la resolución", explica a NOTICIAS DE GIPUZKOA la letrada Maite Ortiz, que representado a la vecina en la causa abierta. Gracias a esta operación, la subasta y la demanda instada por el prestamista han sido archivadas.
Desde la plataforma agradeceden tanto a los vecinos de Usurbil como al ayuntamiento de la localidad “la enorme solidaridad desplegada” para evitar la subasta. La asociación hace extensible su gratitud a la sociedad guipuzcoana, plataformas sociales e instituciones que han mostrado su apoyo a María Ángeles desde que tuvo lugar la concentración en la que denunció los hechos, el pasado 11 de octubre.
Esta mujer avaló con su piso el préstamo hipotecario de su hijo, ya fallecido, por valor de 60.000 euros. El acuerdo pasaba por amortizar esa cantidad en cinco años, con un interés del 12,5%. Tras el impago de tres cuotas, el prestamista había reclamado la totalidad del crédito e instado una demanda de ejecución hipotecaria de la que no estaba al corriente María Ángeles Otegi.
El equipo jurídico de Stop Desahucios de Gipuzkoa, con la letrada Ortiz a la cabeza, avanzó entonces que iban a utilizar todas las vías jurídicas necesarias para evitar el lanzamiento, que además suponía la aplicación de una cláusula de "vencimiento anticipado" que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró abusiva.
Finalmente, la “desorbitada deuda” de 109.680 euros generada por el préstamo de 60.000, “que raya en la usura”, cuya garantía era la vivienda ya pagada, ha sido consignada en el juzgado por un vecino del pueblo que adquiere la vivienda permitiendo que María Ángeles viva en ella el resto de su vida.
Stop Desahucios ha informado de que, una vez archivada la subasta y la demanda, “el usurero no se puede hacer con el botín, que es la vivienda, cuyo precio en el mercado es mucho mayor”. Final feliz para esta vecina que puede respirar tranquila, disfrutando en usufructo vitalicio su vivienda hasta el final de sus días.