En el Centro de Protección Animal (CPA) de Vitoria la tendencia de ocupación de perros y gatos es muy similar, “se podría decir que nos encontramos con una tendencia de tipo meseta”, destaca un veterinario de la perrera. Para ello, ha comparado los datos con un momento concreto, que es el de a 31 de enero de los últimos tres años, y el resultado es de 76 perros (a 31 de enero de 2023), frente a los 78 que había en ese mismo periodo de 2022 y los 76 de esa franja de 2021.
En cuanto a los gatos, había 56 a 31 de enero de 2023, 61 a 31 de enero de 2022 y 40 a 31 de enero de 2021.
Dentro de estas cifras totales de perros y gatos hay animales que se encuentran físicamente en las instalaciones del CPA, otros que se encuentran en período de preadopción en casas particulares y un número de perros que se encuentra alojado en la residencia canina de Ariñez, pero, como matiza, en todo caso todos ellos forman parte de la cifra de ocupación total ya que en ese momento concreto eran animales a nombre del Ayuntamiento.
Conejos, reptiles y aves
En cambio, para los datos de “otro tipo de animales” (que incluyen especies muy variadas: aves exóticas y autóctonas, reptiles, anfibios, conejos, hurones…) se ha preferido indicar las cifras de ocupación de cada año entero, en este caso incluyendo 2020, ya que apenas hay datos de 2023. Así, en 2022 hubo 37 en el CPA, 39 en el año 2021 y 44 en 2020, por lo que “los datos marcan una tendencia ligeramente descendente”.
Los más demandados
En cuanto a la cuestión de si ha cambiado algo con respecto al grupo de perros de raza considerados como potencialmente peligrosos (PPP), la respuesta es que no hay cambios sustanciales. “Este grupo sigue siendo el más comprometido debido a la dificultad existente para su adopción. Se trata de un grupo de perros donde se concentran los de más edad y veteranía dentro de las instalaciones, algunos de ellos con más de seis años en el CPA”, resalta.
El perfil más demandado para la adopción de un perro suele coincidir con perros de tamaño pequeño, lo más jóvenes posible, hembra, y, si es posible, físicamente agradable. “Y el grupo de perros PPP se aleja mucho de este perfil de adopción más demandado y además se une la dificultad añadida de que se requiere licencia específica para su tenencia, y que además deben circular en vía pública con bozal y sujetos mediante correa en todo momento, por lo que ese conjunto de circunstancias dificulta mucho la adopción de este grupo de animales”.
Reforma del CPA
En relación a la reforma del CPA, el Consistorio explica que las obras, que comenzaron en junio y tienen un plazo de ejecución de 12 meses, van en plazo. “Las instalaciones se diseñaron en los años 80 y han quedado obsoletas para dar respuesta a las necesidades actuales del servicio, así como a los cambios normativos y sociales en relación al bienestar animal. Con la reforma integral de las instalaciones mejoramos los espacios de alojamiento y esparcimiento para los animales, así como los espacios de oficinas, atención a la ciudadanía y archivo adecuándolos a las necesidades actuales”, declara César Fernández de Landa, concejal de Planificación y Gestión Ambiental.
Ley de Bienestar animal
Perros de caza y de trabajo
Malestar por su exclusión. Indar Araba y Betilagun muestran su malestar con que la nueva Ley de Bienestar Animal excluya a los perros de caza y de trabajo. “Me parece fatal”, opina Judit Castillo, de Indar Araba.
Una visión que también comparte Martín Martín, de Betilagun. “Sinceramente, me parece un chiste porque los perros que están en ciudades, que son los que van a proteger más con esta normativa, ya están protegidos: se pasean tres veces al día, van a la peluquería... Pero los de trabajo y de caza son los que peor están y son a los que no se les va a proteger. Es como el mundo al revés. Un perro es un perro y el que hace labores de caza o pastoreo tendrá que tener la misma protección que otro que viva en un piso. El perro es una herramienta. Y si no que respondan a la pregunta: ¿Cuando el perro no caza, qué hacen con él?”, cuestiona.