Polideportivo

La piscina no tiene edad en Anaitasuna

Un entrenamiento matutino en Anaitasuna.

Pamplona – San Juan acogió hace dos semanas el Campeonato Navarro de natación artística, en el que participaron tres categorías distintas. Sin embargo, una de ellas en concreto fue la que más llamó la atención. Se trata de la categoría máster, en la que la edad mínima para participar es de 25 años.

En un deporte tan sacrificado en el que el esfuerzo y la dedicación lo son todo, que además exige una pulida condición física, el hecho de que exista un grupo de mujeres dispuestas a entrenar tres días a la semana es algo digno de admirar. Laura Garde, Lola Sarriguren, Irene Aldabe, Raquel Elizalde, Anira Bohnomme, Alicia Otaegui, Garbiñe Rekarte y Ana Lana se dan cita en en la piscina semana tras semana para disfrutar de la pasión que les une: la natación artística.

Todo se remonta diez años atrás, cuando la natación artística era una disciplina completamente inexistente en Navarra. No obstante, la entrenadora balear Isis Mínguez, epicentro de la historia, llegó a Pamplona y comenzó a impartir las primeras clases a niñas. Un día en la piscina conoció a Garbiñe Rekarte y esta le comentó la posibilidad de dar clases a un grupo de chicas veteranas. En ese momento Garbiñe comenzó a contactar con amigas nadadoras de Pamplona, conocidas de toda la vida y motivadas por la curiosidad de probar cosas nuevas. Eclosionó en ese momento la natación artística navarra.

"Lo primero que nos movió fue la curiosidad de saber cómo era ese deporte. Después de haber estado tantos años en el agua probando distintas modalidades, pensamos que iba a ser divertido. Lo segundo que que nos motivó fue la gran comunión que teníamos entre todas y con nuestra entrenador Isis", comentaba Ana Lana, integrante del equipo, sobre el comienzo de la historia.

Al ver que todo marchaba viento en popa, el equipo, que ya se había convertido en un verdadero grupo de amigas, quiso abrir fronteras y probar con las exhibiciones para intentar dar a conocer el deporte. "Nos lo pasábamos tan bien que nos decidimos a hacer exhibiciones para intentar llegar a la gente. Fue entonces cuando empezamos a ir a algunos clubes para realizar exhibiciones e incluso algunas empezaron a entrenar a grupos de gente", aseguraba Ana.

De esta forma se gestaba en Navarra una nueva rama de la natación, en la que el equipo comandado por Isis Mínguez ya se había convertido en pionero. "Isis ha sido sin lugar a dudas la que promovió todo esto. A partir de ahí nosotras hemos estado ayudando en lo que hemos podido para que todo siguiese adelante. Queríamos saber de qué éramos capaces de hacer", comentaba la nadadora.

La mecha estaba prendida y todo seguía su cauce. Mientras tanto, las chicas de Iris Mínguez continuaban entrenando y mejorando día a día. "Para mí, además de ser un hobby, es todo un reto. El hecho de estar en un equipo y poder competir es una gozada. Viajamos juntas y en ocasiones supone la excusa perfecta para marcharnos todas con nuestras familias a Budapest, como en un verano anterior", afirmaba Ana entre risas. "No obstante, lo que nos mueve también es la necesidad de querer retarnos. Todas tenemos ese punto de disfrutarlo pero siempre queremos hacerlo lo mejor posible", insistía.

Un disfrute que llevaba a las chicas a juntarse el máximo número de días posibles en la piscina, lugar donde los niños y niñas observaban atónitos sus maniobras, que se convertían en una fuente de inspiración. "Cuando hacíamos exhibiciones en clubes y pueblos queríamos que nos vieran para contagiarles las ganas. En ese sentido sí que hemos sido inspiración. Ahora ya los grupos de niñas que entrenan en la piscina inspiran a otras niñas que les ven", explicaba Ana Lana el efecto dominó en la natación artística.

No obstante, el logro no se encuentra únicamente en impulsar la modalidad, sino también en entrenar tres y cuatro días a la semana, teniendo en cuenta la apretada agenda del equipo en el que algunas de ellas compaginan los entrenamientos con la vida familiar y sus respectivos trabajos. "Quedamos los lunes, miércoles y viernes por la mañana en Anaitasuna, una hora por día. Además, los domingos hacemos otro entrenamiento de vez en cuando en San Juan para poder trabajar con algo más de profundidad. A partir de ahí acude quien puede. Algunas podemos porque nos cuadra con nuestro horario de trabajo y otras no. Cuando tenemos una competición cerca nos juntamos más", confirmaba la veterana nadadora.

Si bien Ana Lana y sus compañeras son las pioneras de la natación artística navarra, Alexander Hasembur, único chico en toda la comunidad que practica la modalidad, está abriendo la senda para que cualquier persona se anime a practicarlo, independientemente de su sexo o virtudes físicas. La natación sincronizada continúa dando pasos hacia el desarrollo en Navarra.

"Alexander es un apasionado. Trabaja como el que más y le encanta. Además lo hace genial. Yo espero que otros chicos se animen a probar este deporte. En estos deportes de música y baile existen muchas etiquetas a nivel social. Sin embargo, esto es para todo aquel al que le guste el agua y le pique la curiosidad", explica Ana Lana,entrenadora de Alexander, el disfrute del chico como uno más en la piscina.

Esta es la hsitoria de la natación artística navarra, una historia en la que bastó con la motivación y curiosidad de un grupo de personas entusiasmado y comprometido con lo que hacían, y que no ha hecho nada más que empezar.

"Lo primero que nos movió fue la curiosidad de saber cómo era este maravilloso deporte"

"En estos deportes de baile existen muchas etiquetas a nivel social, pero esto es para todo aquel que le guste el agua"

ana lana

Nadadora del equipo máster

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29/06/2021