No es la primera vez que el Zubileta Evolution Zuazo Barakaldo tiene problemas económicos. De hecho, ya tuvo que pedir ayuda en plena pandemia. Pero sí que es la primera vez que su plantilla y su cuerpo técnico toman la palabra. Lo hicieron ayer lunes a través de un comunicado, hartos de que, además de aguantar varios impagos, se les culpe de una realidad en la que ni pinchan ni cortan. “Estamos ya cansadas de la situación económica, decidimos sacar esto ahora porque la situación es insostenible y queríamos dar esta llamada de atención para que se sepa la situación por la que estamos pasando porque pensamos que no es justo y estamos en nuestro pleno derecho”, dice Estíbaliz Velasco, capitana de conjunto rojinegro.
Por ello, quieren hacer pública “la gravísima situación” que están viviendo dentro y fuera del parqué. No hacer sangre. Ni señalar culpables. El único objetivo es llegar a una “pronta y satisfactoria solución para el club”, que está viendo cómo las deudas se acumulan y cómo ello pasa factura en una liga tan competitiva y exigente como la División de Honor, la máxima categoría femenina del Estado. Porque todo esto está condicionando los resultados del primer equipo. Está generando “un ambiente de estrés e incertidumbre bajo el cual se hace imposible entrenar, competir y estar centradas en nuestros objetivos deportivos”.
En estos momentos, el Zuazo es décimo en una Liga de 12, con tan solo dos victorias en 11 jornadas. Y ante esto, las jugadoras piden que no se les ponga mochilas que no son suyas: “Para nada se puede hacer responsable a la plantilla de un problema que tiene el club con sus fuentes de financiación, provocando que tengamos que cargar con gran parte de la deuda de la entidad a nuestras espaldas”. Porque ellas también están pagando, y mucho. De hecho, tanto las rojinegras como el cuerpo técnico informan de “varias mensualidades” impagadas, una deuda que “se reparte entre las dos últimas temporadas”. Las cantidades a deber varían dependiendo de cada efectivo, aunque todas contaron en “todo momento con el beneplácito de todas las partes implicadas”.
Es decir, tanto club como sus jugadoras pactaron el aplazamiento de los pagos, con la esperanza de que la mala situación fuera reversible; pero dado que la crisis económica persiste e incluso se agrava, la situación ya es insostenible. Es más, tal y como explica el comunicado, todo esto ha provocado que las zuazotarras que viven fuera de su núcleo familiar hayan tenido que “solicitar préstamos” para poder subsistir y a la vez mantener su vinculación con el club barakaldarra.
Y es que, denuncian, al Zuazo le falta liquidez por dos razones: “la tardanza a la hora de ingresar las subvenciones públicas” y la incapacidad de “atraer inversiones privadas”. De hecho, la crisis económica del club aleja a patrocinadores y espónsores, generando un problema circular. La pescadilla que se muerde la cola.
Optimista
Con todo, Velasco es optimista y afirma tener “confianza en que esto se pueda solucionar”; pero también avisa la plantilla en el comunicado que en el momento en el que “sea imposible continuar” se plantearán “cualquier tipo de medida por drástica que sea”. De momento, siguen entrenando, “tratando de mantenernos aisladas” y con la mente puesta en el duelo del próximo sábado (20.30 horas) ante el RoCasa Gran Canaria. “Intentaremos separarlo lo máximo y seguir en la competición un buen nivel, esperemos dar nuestra mejor versión y poder llevarnos los dos puntos”, prosigue la capitana rojinegra. Con todo, jugadoras y cuerpo técnico reconocen que es complicado rendir con la incertidumbre de no saber cuántos partidos más podrán jugar.