La plaza de la O se convirtió ayer en un escenario vibrante de encuentro y celebración del ‘Herri Sanferminen eguna’. Herri Sanferminak ha vuelto este año con más ganas que nunca, pero, una vez más, sus planes y objetivos se han visto perjudicados por la decisión del Ayuntamiento. Recopilaron sus actos en una única jornada, en la que disfrutaron de una comida popular con una participación de casi 300 personas y una tarde animada con la actuación de los grupos The Titanians, Alarma Morea y Hofe. Todo ello, con el objetivo de reivindicar unas fiestas populares: “Los Sanfermines los hacemos todos los pamploneses y todas las pamplonesas y es importantísimo que se tenga en cuenta a los agentes principales de San Fermín a la hora de la organización de las fiestas”, declaró Paula Garcia, miembro de Herri Sanferminak.
El año pasado, los actos organizados durante Sanfermines se vieron truncados por decisiones políticas que dejaron un vacío en el corazón de esta celebración. Este año el objetivo de Herri Sanferminak era poder organizar eventos todos los días de las fiestas, pero ya eran conscientes de las dificultades que se avecinaban: “Si queríamos organizar eventos durante varios días el Ayuntamiento nos obligaba a movernos de sitio y a salir del centro de Pamplona. Decidimos que el sitio era muy importante y por ello hemos organizado un único día”, explicó Eneko Txokarro, responsable de la gestión de la infraestructura.
Con casi 300 entradas vendidas, la comida popular fue un éxito rotundo, y aseguraron estar “muy contentos” con la participación recibida. Cada plato servido se convirtió en un mensaje de resistencia y reivindicación de un pueblo que se niega a dejar en el olvido las raíces de sus festividades. Los actos estaban cargados de valores que “se dejan de lado”: “Luchamos por unos Sanfermines populares, participativos, feministas y ecologistas. Con el día de hoy queremos transmitir todo esto”, añadió Paula Garcia.
“Buscamos algo alternativo, que no sean solo eventos organizados por el Ayuntamiento”, añadió Txokarro. En cada rincón de la plaza de la O, se respiraba el espíritu de la igualdad, la sostenibilidad, la defensa de la cultura vasca y la unión de una comunidad que se niega a ser silenciada. Herri Sanferminak, con su día único de celebración, recordaba al mundo que estas fiestas “pertenecen al pueblo, que deben ser participativas y escuchar a todas las voces”.
De esta manera, la jornada se convirtió en un testimonio de resistencia y lucha por unos Sanfermines más auténticos, más humanos. Las risas, los abrazos y los acordes de la música se fundían en un abrazo colectivo, construyendo un futuro en el que todos los agentes de la comunidad, desde el ayuntamiento hasta el último vecino, tengan voz y voto en la construcción de estas festividades tan arraigadas en la identidad de un pueblo. Un pueblo que se mostró muy unido, en los buenos momentos y en los malos que se siguen viviendo en las fiestas: “Los conciertos iban a acabar a las 22.00 horas pero acabarán a las 20.45 horas para que podamos acudir a la manifestación en contra de la agresión sexista”, explicó Naia Fernandez, integrante de Herri Sanferminak.