La plaza Juan XXIII, situada en la parte trasera de la basílica de Begoña, cuenta con una imagen renovada. Según ha informado el Ayuntamiento de Bilbao con las obras se ha mejoradado además la conexión peatonal con el barrio de Zabalbide.
Tras siete meses de trabajos y con una inversión de 628.200 euros la plaza ha mejorado en accesibilidad y se ha renovado el pavimiento, elementos de mobiliario, iluminación o jardinería; así como el refuerzo del muro existente junto a las rampas. La actuación forma parte del Plan Auzokide, que reparte su presupuesto de forma equitativa entre los 8 distritos de la villa, a razón de 1,5 millones por distrito y año.
La intervención ha consistido en el acondicionamiento de la plaza, manteniendo su forma y diseño, renovando pavimento, elementos de alumbrado, jardinería y mobiliario (barandillas, papeleras, barnizado y pintado de bancos, entre otras) y limpiando y reparando los muros y escaleras existentes.
Entre las actuaciones más importantes destaca la construcción de una rampa de acceso entre la plataforma superior de la plaza y el acceso peatonal a la calle Zabalbide, eliminando una barrera arquitectónica y completando así la conexión peatonal desde la Basílica.
RODEADA DE ÁRBOLES
La plaza Juan XXIII está rodeada de árboles e incluye taludes con arbolado y parterres. Durante la ejecución de las obras de acondicionamiento se ha fresado el aglomerado existente y se han saneado las zonas deterioradas para volver a pavimentar, tanto la plaza como su entorno, de aglomerado rojo.
Además, se han retirado las barandillas que no eran accesibles, sustituyéndolas por barandillas de fundición más reciente, que dan coherencia y uniformidad estética a la zona: y renovado la jardinería, plantando macizos de flores y arbustos en distintos puntos.
Las luminarias de la plaza y de los alrededores de la basílica de Begoña se han modernizado y sustituido por faroles grandes con sistema LED, adecuándose a los requisitos de ahorro energético y se ha reforzado el alumbrado gracias a 16 nuevos puntos de luz.
Por último, durante la ejecución de las obras se detectaron fisuras en un muro que se ha reforzado, gracias a la instalación de un entramado metálico y posteriormente embellecido mediante el aplacado con piedra caliza existente, similar a la del entorno.