Las autoridades australianas buscan este lunes en una finca los cadáveres del expresentador de TV Jesse Baird y su novio, Luke Davis, presuntamente asesinados la semana pasada por un policía en el sureste del país.
El subjefe de la Policía de Nueva Gales del Sur, David Hudson, indicó en una conferencia de prensa que los agentes rastrearon varios estanques y otros lugares en una finca cerca de la localidad de Goulburn, situada unos 194 kilómetros al suroeste de Sídney.
Hudson señaló que el policía Beau Lamarre-Condon, de 28 años, acusado del asesinato de los dos hombres, no está colaborando en la búsqueda de los cadáveres.
De acuerdo con los investigadores, Lamarre-Condon compró herramientas para entrar supuestamente en la finca y también pesas que podría haber usado para deshacerse de los cadáveres.
Lamarre-Condon está acusado de haber empleado un arma de fuego para asesinar la noche del pasado lunes a Baird y Davis en la casa del expresentador, una de las populares caras del canal australiano Network 10, en el suburbio de Paddington, al este de Sídney.
Las investigaciones indican que el acusado usó posteriormente una furgoneta blanca alquilada, que ya ha sido decomisada por la Policía, para transportar los cuerpos de la pareja.
La Policía precisó que el oficial arrestado es "un agente de alto rango adscrito a un comando especializado" que sería un conocido de Baird, con quien habría tenido relaciones íntimas.
Los agentes también encontraron un proyectil y un casquillo de arma de fuego que coinciden con los usados por la pistola del policía detenido.
En un comunicado, la jefa de la Policía de Nueva Gales del Sur, Karen Webb, reconoció la atención mediática de este caso y pidió disculpas por la deficiente investigación de crímenes contra la comunidad LGTBI entre 1970 y 2010.
"Aseguro a la comunidad LGTBIQ que bajo mi liderazgo, la Policía de NSW (Nueva Gales del Sur) usará estas lecciones para seguir mejorando nuestro servicio a toda la comunidad", afirmó Webb en Facebook.
La Policía comenzó a investigar el miércoles pasado la desaparición de Baird, de 26 años, y Davis, un azafato de 29 años de la aerolínea Qantas, después de que algunas de sus pertenencias fueron halladas ese día en un contenedor de basura en el barrio de Cronulla, al sur de Sídney.
El hallazgo de estos objetos ensangrentados, entre ellos un reloj, un teléfono y una tarjeta de crédito, llevó a la Policía a registrar la vivienda de Baird en el exclusivo barrio de Paddington, donde halló también rastros de sangre.
Hasta la fecha, la Policía de Nueva Gales del Sur ha registrado la vivienda de Baird, declarada escena de crimen, y la de Davis, y una tercera casa en el barrio de Balmain, al noroeste de la ciudad, donde confiscaron varios objetos.