La SD Nueva Montaña presentó en el día de ayer una denuncia por los insultos de carácter sexual y amenazas que recibió Karolina Sarasua, jugadora de Osasuna B, por parte de un grupo de jóvenes cuando disputaba este pasado fin de semana un partido de fútbol contra su equipo femenino en su campo.
El presidente de esta entidad, Mateo Sainz, fue el encargado de formalizar la denuncia ante la Policía Nacional de Santander, unos hechos que lamentó sobremanera.
"¡Decir, qué le puedo decir a la chica!, le mandaré un beso muy grande, le diré que lo sentimos mucho y que no es condición general de nuestro pueblo actuar así. Pero eso no le va a quitar el disgusto, eso son palabras, y los hechos son los que duelen", señaló Sainz, para añadir a continuación que todavía no ha podido hablar con la jugadora, más allá de las palabras que intercambiaron al final del partido el pasado sábado.
El directivo cántabro recordó los insultos que dieron lugar a esta situación, que resaltó iban dirigidos siempre a ella, "a la rubia, a la número 9". "Los insultos eran todos de agresión sexual, en el tema de violación, ¡enséñame tus tetas! y más. Están en las redes sociales escritos de puño y letra por la chica", especificó Sainz.
El presidente de la SD Nueva Montaña ve lógico que la joven haya querido reflejar lo sucedido en ese partido. "Si hubiera escuchado cinco o seis veces estos insultos estaría disgustada, pero si ha estado 80 minutos aguantando esa serie de insultos y de barbaridades, lógicamente ha ido al acta (arbitral) a denunciar los hechos, y los hechos han trascendido de tal manera que estamos aquí (en comisaría)", añadió.
Junto con la denuncia, Sainz aportó un vídeo grabado por él mismo unos 30 minutos después de que acabara el partido, para ver si alguna de las personas que se encontraban en las inmediaciones del campo puede ser identificada como autora de los insultos. Sainz lamentó que su club se haya visto envuelto en este asunto. Según desveló, "parece ser" que el club es el responsable de "las partes colindantes" del campo, que es desde donde se produjeron los insultos –los chavales se encontraban subidos a una valla–, por lo que cree que "tendremos un premio".