No corren buenos tiempos para las escuelas infantiles de titularidad privada. Al menos, así lo asegura Aitziber Aguirre, presidenta de Haurpribi, la asociación que aglutina a 29 de los 55 centros autorizados este curso por el Gobierno vasco en Bizkaia. A decir verdad, a lo sumo son 54, porque este pasado viernes cerró una escuela infantil en Barakaldo y “muchas más que caerán por el camino”, aventura.
El sector, dice Aguirre, tiene motivos más que suficientes para estar “preocupado”. A la bajada de la natalidad hay que sumar los permisos maternales y paternales. “Ya no se matricula a los peques con cuatro meses, sino con un año”, apunta. También les están afectando “la gratuidad de las haurreskolak y que en los centros concertados se concierten las aulas de dos años. Son cuatro frentes abiertos. Poder con todo esto, tela marinera”, afirma.
La presidenta de Haurpribi se pregunta por qué, si las 88 escuelas infantiles privadas autorizadas en la CAV cumplen la normativa del Gobierno vasco, las familias que acuden a ellas “no pueden tener también un servicio gratuito” y considera la subvención que reciben por plaza insuficiente. Un servicio de ocho horas, comida incluida, en uno de estos centros privados supone un gasto de “entre 325 y 350 euros al mes, mientras que en la haurreskola les saldría gratis, pero si quieren catering, se les va a poner en 150 euros”. Aun así, la diferencia es significativa. “Nos preocupa que se hagan guetos, que las familias con menos recursos recorran más distancia para ir a las haurreskolak y las que sí se lo pueden permitir se queden con la escuela más cercana a su casa o puesto de trabajo, que va a ser una de las nuestras”, explica.
Fruto de todas estas circunstancias que convergen en el tiempo, la previsión de matrículas en las escuelas infantiles privadas de Bizkaia para el próximo curso “es a la baja” y “hay miedo”, reconoce la presidenta de Haurpribi y directora de Aitzi Haur Eskola, ubicada en Barakaldo. “Tengo las escuelas municipales y las haurreskolak superlejos, pero ya habido cuatro familias que me han dicho que no van a traer a sus hijos en septiembre. Es una pasada. Nunca me había ocurrido”, cuenta, apenada porque está “haciendo la adaptación a algún bebé que va a estar solamente hasta el verano”.
La incertidumbre se extiende a los responsables de otros centros. “Un compañero de una escuela de Bilbao me decía que tenía muchas peticiones, pero que no sabía cuántas iban a llegar a buen fin porque estamos a expensas de lo que pase con la matriculación en las haurreskolak”, cuyo plazo de inscripción se abrió el pasado lunes. “Puede que los que hayan dicho que se quieren quedar contigo luego se vayan”, se teme.
La mala racha del sector, según asegura, trasciende Euskadi. “Estoy en un grupo con ochenta y tantas directoras de centros de todo el Estado y también están cayendo. De hecho, tenemos un grupo de Facebook para que la que cierre pueda vender los materiales a las demás y por lo menos saque un poco de dinero porque ya no se pueden traspasar las escuelas infantiles, las estamos perdiendo”, lamenta.
Aunque su escuela mantendrá todas las aulas, incluidas las de 2 años, la financiación de estas por parte del Gobierno vasco en los colegios concertados ha pasado factura a otros centros. “Hasta ahora teníamos a los niños de 2 años que querían ir a colegios concertados o quedarse un año más con nosotras, pero ahora, como todo eso se concierta en los centros, los niños se están marchando directamente a los colegios o las ikastolas”, explica.
En este sentido, comenta que sabe de “dos escuelas a las que se les ha puesto la cosa fatal porque han perdido a sus niños de 2 años. Otra, de Barakaldo, no va a cerrar, pero no sabe cómo va a sobrevivir porque se queda también sin aula de 2 años”.
Con todo, reitera, “las cosas se nos están poniendo cada vez más difíciles”. “Desgraciadamente en los últimos años cada vez están cerrando más escuelas autorizadas porque se están abriendo públicas. Nos están abocando al fracaso. Para el próximo curso ya hay alguna escuela más que se plantea el cierre porque no hay manera de sostener esto”, dice.
Si se proyecta al curso 2024-2025, lo sigue viendo negro. “Yo creo que durante el próximo curso las familias se irán enterando de todo esto y, si no conseguimos un cambio, nos vamos todas al garete”, augura.
Los datos en Bizkaia
- Haurreskolak - De 97 a 101 centros. De las 233 haurreskolak de la CAV, 101 están a Bizkaia. Esta cifra ha ido en aumento, ya que en el curso 2019-2020 había 97.
- Privadas - De 61 a 55 escuelas. En la CAV existían al inicio de curso 88 escuelas infantiles privadas, 55 de ellas en Bizkaia. Esta cifra ha decrecido, ya que en el curso 2019-2020 había 61 centros.
- Menores - 5.537 matriculados. 2.913 menores han sido matriculados este curso en haurreskolak y 2.624 han sido inscritos en escuelas infantiles privadas.
- Nuevos centros - Güeñes y Bilbao. En 2022 se abrió una haurreskola en Güeñes y este año, otra en Indautxu, además de añadir dos aulas a la de Larreagaburu.
“Gratuitas, pero con requisitos y preferencia para las rentas bajas”
Dice Aitziber Aguirre, presidenta de la Asociación de Escuelas Infantiles Autorizadas de Bizkaia, Haurpribi, que hay familias que tienen pensado inscribir a sus hijos e hijas en las haurreskolak, animadas por el anuncio de su gratuidad, pero sin conocer “la letra pequeña”. “Por primera vez serán gratuitas, pero con muchos requisitos y preferencia para las rentas bajas y personas sin recursos, con lo cual las familias que puedan pagarlo lo tendrán que seguir pagando”, aclara.
Además, informa, “no se reservan plazas y las listas definitivas no salen hasta el 30 de junio, no se puede inscribir a los menores antes de nacer, si faltan mucho se les da de baja y no se pueden inscribir en los siguientes tres meses y ofertan de septiembre a julio, pero tienen vacaciones de Navidad, Semana Santa y cierran, como mucho, a mediados de julio”.
Respecto al servicio de comedor, Aguirre señala que “hay que llevar la comida de casa en un termo y, en caso de requerir un catering, son las familias las que tienen que ocuparse de ello y dar el servicio”, mientras que “a nuestros niños se les sirve la comida en el plato, les enseñamos a utilizar cubiertos y a comer por sí mismos y tienen una comida equilibrada cien por cien”, destaca.
También Aitor González, director general de la franquicia de escuelas infantiles Txanogorritxu, que cuenta con doce centros en Bizkaia, incide en estos requisitos. “Para llevar al niño a la haurreskola gratuita ni el padre ni la madre pueden estar de baja paternal o maternal y a ver quién no se la coge”, se pregunta, mientras pone en valor la mayor flexibilidad horaria de las escuelas privadas. Con los centros de la franquicia en Bizkaia “con un 85 o 90% de ocupación”, González se muestra a la expectativa. “De momento hemos tenido más afluencia, pero no sabes si las personas van a repetir porque son humanas y tienden a protegerse. Cuando les preguntamos, te informan de que continúan, pero puede que estén preguntando en otros centros. En agosto mandarán un correo electrónico diciendo si asisten”, comenta y apuesta, para salir adelante, por “agudizar el ingenio, innovar y ofrecer servicios que otras no tengan, como cámaras web o equipos de ozono”.