La primera quincena de octubre ha sido 4,8 grados más cálida de lo normal en el Estado, superando a la de 2017 en el que la media se situó 3,3 grados por encima de la media, ha explicado el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén Del Campo, que ha incidido en que se trata de la quincena más calurosa para esta época del año desde 1961.
Durante las dos primeras semanas de octubre hubo 31 récords de días cálidos y ninguno de día frío dentro de un episodio "anómalamente extraordinario" de calor, y en el que hubo además una ola de calor en las Islas Canarias que podría ser "la más larga en los últimos 60 años", ha detallado Del Campo en rueda de prensa.
Para el portavoz, en "un clima teórico no alterado" son esperables unos cinco récords de calor y otros cinco de frío al año, sin embargo, en los últimos diez años se han dado 183 récords de días cálidos y 7 récords de días fríos.
"Por cada récord de día frío hay veintiséis de día cálido", ha hecho hincapié el meteorólogo, quien ha matizado que hasta el 9 de octubre, 2023 es el año más cálido de la serie histórica seguido de 2022.
Sin embargo, frente al calor anómalo de este inicio de octubre, la llegada de una próxima "profunda e intensa" borrasca el jueves "barrerá" la península y dejará intensas lluvias, con fuertes acumulaciones en amplias zonas del país, sobre todo en la zona centro y mitad occidental.
Previsión para el próximo otoño e invierno
Por otra parte, Rubén del Campo ha augurado que lo que queda de otoño y los meses de invierno meteorológico (diciembre, enero y febrero) serán con gran probabilidad más cálidos de lo normal. Además, Aemet espera en torno a un 50 por ciento de probabilidades de que el trimestre noviembre-enero, así como febrero, sean más lluviosos de lo normal, aunque posiblemente no llueva tanto como para terminar con la sequía meteorológica prolongada que comenzó a finales de 2022.
El portavoz de la Aemet ha confirmado que el último año hidrológico, 2022-2023, que terminó el 30 de septiembre, ha sido seco, el sexto más seco del siglo y el duodécimo más seco desde 1961, cuando comenzó la serie histórica.
Así, ha señalado que las precipitaciones han dejado este año hidrológico en el Estado un total de 560,7 litros por metro cuadrado, cuando lo normal serían 640,1 litros por metro cuadrado, lo que representa un 12 por ciento menos de lo normal.
No obstante, ha añadido que por zonas el año hidrológico fue incluso muy seco en el suroeste y el nordeste de la Península y en las islas Canarias orientales mientas que en áreas del cuadrante noroeste peninsular resultó ligeramente más lluvioso de lo normal.
De este modo, Del Campo confirma la situación de sequía de larga duración, que se inició en 2022 y destaca que las cuencas donde es más intensa son la del Pirineo oriental, sobre todo en Catalunya, y la del Ebro, es decir el tercio noreste peninsular, aunque insiste en que "todas" las cuencas de acumulación de precipitación están en esa situación.
De hecho, ha subrayado que las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y Sur sufren en la actualidad la sequía meteorológica más duradera, desde, al menos 1961 y apunta que en estas tres cuencas la sequía se inició en la primavera de 2016, hace más de siete años.
"No es la sequía más intensa, pero sí la más larga de toda la serie histórica, que comenzó en 1961 y supera ya en duración a las de los años 80 y 90", ha comentado Del Campo, que explica que desde hace siete años no se ha logrado salir de esa situación en la zona.
El portavoz ha comparado la actual con las sequías de los años '80, '90, de los 2000 y las de los últimos años y concluye que la presente "no es tan larga como las de los principios de este siglo o las grandes sequías de finales del siglo XX, pero bueno, es una sequía que ya va alcanzando cierta intensidad".