La revictimización tiene cara propia entre algunas de las personas que han denunciado abusos sexuales en la Iglesia en la Comunidad Foral. Esta misma semana, en el buzón de su domicilio de Beriáin, José Luis Pérez, el primer denunciante de abusos sexuales cometidos en el entorno de la Iglesia católica, ha recibido un escrito anónimo obsceno y vejatorio, un papel recortado con mala idea en el que solo se podía leer: "Follacuras".
El asunto ha sido denunciado a la Guardia Civil, se estudia si acudir a otras instancias para que conste como un delito de odio y conviene recordar que escritos semejantes pueden constituir algún tipo delictivo, más cuando van dirigidos a personas que han sufrido hechos tan deplorables como ser víctimas de abusos cuando eran apenas unos niños.
Pérez ha sido uno de los miembros más destacados y activos de las movilizaciones del colectivo de víctimas e incluso se desplazó hasta Madrid para dar su testimonio en el Congreso, después de haberlo hecho en el Parlamento foral. Además, recientemente también ofreció su declaración a la representante del Defensor del Pueblo que se ha desplazado hasta Navarra para tomar nota de las denuncias existentes.