Cuando el argentino Gonzalo Montiel marcó en la tanda de penaltis de la final de la Copa del Mundo, Francia se adentró en una sucesión de acontecimientos que conforman una crisis que se intuye de largo recorrido. Didier Deschamps acaparó críticas por la pobre propuesta de juego de su selección y a ello se sumaron otras protestas por su decisión de no contar con un Karim Benzema recién proclamado Balón de Oro que comenzó el torneo lesionado, pero que quedó descartado pese a recuperarse –durante el periodo del Mundial disputó algún partido amistoso con el Real Madrid– y no ser dado de baja de la lista de convocados.
El técnico, sin embargo, fue ratificado por el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Noël Le Graët, que renovó a Deschamps hasta 2026 sin gozar en un principio de la aprobación del Comité Ejecutivo del organismo federativo, lo que posteriormente y ante las nuevas críticas, la Federación desmintió afirmando que la apuesta estaba realizada por "unanimidad".
En los días posteriores a la derrota en la final a manos de Argentina, Zinedine Zidane comenzó a sonar con fuerza como posible sustituto de Deschamps, pero una vez que este segundo fue ratificado en el cargo y al conceder Le Graët su primera entrevista, fue cuestionado por la emisora RCM sobre si contempló la posibilidad de ofrecer el puesto a Zidane, a lo que el presidente respondió: "Ni le hubiera respondido al teléfono". "Me importa un bledo. Que se vaya donde quiera, puede ir donde quiera, a un club...", comentó.
Clamor por el ataque a Zidane
Las palabras de Le Graët sonaron irrespetuosas para diversas personalidades. La gran estrella de la selección francesa, Kylian Mbappé, salió al paso de las declaraciones. "Zidane es Francia, no se puede faltar así el respeto a una leyenda", escribió Mbappé en Twitter. La ministra de Deportes de Francia, Amélie Oudéa-Castéra, exigió disculpas a Le Graët por sus "inaceptables" y "desafortunadas palabras".
Bixente Lizarazu, exjugador del Athletic e internacional francés, es otro de los que ha opinado, mostrándose contrario a la continuidad de Deschamps, con quien compartió vestuario con la camiseta de Francia. "Los doce años de Deschamps son muchos para un vestuario”, reprobó el vasco-francés en declaraciones para el diario L’Equipe, donde también se pronunció sobre la actitud desdeñosa de Le Graët. “Lo que es una locura es haber llegado a esto cuando acabamos de jugar una final del Mundial. Pero el lanzamiento de Noël Le Graët contra Zidane fue la gota que colmó el vaso", censuró Lizarazu.
Le Graët trató de rectificar ante el cúmulo de protestas. "Estos torpes comentarios han creado un malentendido. Me gustaría disculparme personalmente por estos comentarios que no reflejan en absoluto mis pensamientos, ni mi consideración por el jugador que fue y el entrenador en el que se ha convertido", reculó el presidente. Palabras tardías que no tuvieron efecto en el devenir de los hechos.
La decisión dictatorial de la continuidad de Deschamps y el desaire hacia Zidane motivaron al Comité Ejecutivo de la Federación a apagar el incendio con la suspensión de las funciones de Le Graët, que poseía contrato hasta finales de 2024 y llevaba en el cargo desde 2011. El exalcalde socialista de Guingamp y propietario del Grupo Le Graët, dedicado a la industria alimentaria, parecía pasar así a un segundo plano a sus 81 años. Pero en los despachos se cocinaba un incendio aún mayor. Deschamps y Zidane han sido asuntos que quizá simplemente han precipitado acontecimientos que estaban por llegar.
Acusación de acoso moral y sexual
Le Graët tiene ahora ante sí una tormenta mayúscula, un episodio que parecía enterrado por el tiempo, pero que ha saltado a la luz en los últimos meses pero que permanecía sin gran foco mediático. La representante de jugadores Sonia Souid denunció en una entrevista concedida este mes de enero a L’Equipe y RMC que Le Graët la acosó sexualmente. Era el primer rostro, con nombre y apellidos, de lo que puede ser una oleada de denuncias.
Souid fue jugadora profesional de voleibol. En 2010 obtuvo la licencia de la Federación Francesa para rendir servicios como agente, siendo la única mujer entre los dieciocho seleccionados por aquel entonces para operar en Francia. Entre sus logros profesionales destacan la consecución del primer traspaso pagado de una jugadora de la liga francesa y el hecho de que consiguió sentar a una mujer en el banquillo de un equipo profesional de fútbol masculino, promocionó a Corinne Deacon como entrenadora del Clermont Foot 63 de la Segunda División gala.
La voluntad de Souid de seguir creciendo en el fútbol y sus aspiraciones de impulsar el sector femenino la condujeron a tomar contacto con Le Graët en 2014. El presidente concertó una cita a tres bandas entre él, Souid y Brigitte Henrique, responsable del fútbol femenino en el seno de la Federación.
Cuando Souid acudió a la cita se encontró dos copas de champagne sobre la mesa y Le Graët la informó de que la reunión sería a solas, sin la presencia de Henrique. "No la necesitamos. Si ambos somos lo suficientemente cercanos, podré hacer realidad tus ideas", manifestó el que fuera presidente, según rememora Souid, que desde entonces recibió mensajes y llamadas para propuestas de encuentros. Una rutina que se prolongó hasta 2017. "Nunca me miró como agente, sino como un caramelo. Para hablar vulgarmente, me miró como dos pechos y un culo", denunció Souid, que añadió sin ambigüedades: "Me dijo cara a cara, en su departamento, muy claro, que si yo quería que me ayudara, tenía que acostarme con él".
La Fiscalía de París investiga a Le Graët
Las palabras de la supuesta afectada han trascendido de las páginas de L’Equipe y el canal de la emisora RMC. La Fiscalía de París ha abierto una investigación a Le Graët por acoso moral y sexual. "En respuesta a un informe de la IGESR (Inspección General de Educación, Deporte e Investigación) del 13 de enero de 2023, se abrió una investigación por acusaciones de acoso moral y acoso sexual", ha comunicado la Fiscalía a la agencia Reuters.
Mientras, Le Graët se ha defendido en un comunicado enviado por sus abogados a la agencia AFP en el que "desmiente todas las acusaciones por acoso moral y sexual o cualquier otra infracción penal". Por otro lado, el pasado septiembre, el ministerio de Deportes galo ordenó una auditoria de la Federación Francesa después de la que la organización federativa anunciara que presentaría una demanda por difamación contra la revista So Foot, que publicó que Le Graët supuestamente había practicado el acosos a varias empleadas.
Esta auditoria ha desembocado en la investigación de la Fiscalía de París, que al parecer ha recogido diversos testimonios de empleadas que presuntamente fueron acosadas. Mientras se prolongue el proceso, el vicepresidente Philippe Diallo será el encargado de ejercer de presidente en funciones de la Federación Francesa, que busca apagar su profunda crisis mientras la Justicia trata de esclarecer los hechos.
El Gobierno francés, por su parte, no omite el daño que toda esta sucesión de acontecimientos puede hacer a un país que se prepara para acoger los Juegos Olímpicos de 2024 y que encontraba en la Federación Francesa de Fútbol un importante exponente como reclamo publicitario. "La Federación merece un presidente a la altura, que permita dar una buena imagen del fútbol francés en el mundo", subrayó el portavoz gubernamental, Olivier Véran. Porque el fútbol, como se pudo observar en la final de la Copa del Mundo con un desatado presidente Emmanuel Macron en el palco, es asunto de Estado en Francia.