El Celta, gracias a un gol en propia meta de Robin Le Normand en la prolongación, sacó un empate de gran valor psicológico en su lucha por eludir el descuento ante una Real Sociedad que no supo cerrar el partido ni siquiera en superioridad numérica cuando el cuadro gallegó perdió por expulsión a Renato Tapia.
La afición txuri-urdin tomaba asiento cuando su equipo había dado las primeras señales de peligro en las arrancadas de un Take Kubo siempre incisivo y antes del minuto cinco ya se había puesto en ventaja.
Una conducción de Kubo en la que conectó con Mikel Oyarzabal sería la génesis del primer gol. El internacional realista se internó en el área del Celta y, cuando la defensa esperaba un pase a Alexander Sörloth en el otro lado, sorprendió con un zurdazo al primer palo de la meta de Iván Villar para lograr un tanto de bandera.
Los donostiarras, con el viento a favor, se las prometían felices para volver a la senda del triunfo en casa tras el tropiezo de su última comparecencia frente al Valladolid, con lo que de paso daban otro paso para afianzarse aún más en la zona Champions. El equipo de Imanol Alguacil cuajó una primera mitad muy seria. Minimizó el peligro de un Celta que buscaba a Iago Aspas.
El Celta dio un pase adelante en el segundo tiempo, mientras que a la Real le seguía sentando mal el gol de ventaja. La expulsión a quince minutos del final de Tapia parecía acabar con cualquier plan de empatar. La Real no lo aprovechó y vivió en el alambre tanto que el Celta encontró el premio a la fe en la prolongación con un centro de Aspas que metió en su portería Le Normand.