La Real Sociedad ha pedido a la UEFA una reunión con carácter de urgencia para analizar lo ocurrido en la grada visitante de Anoeta en el partido de la Fase Liga entre el club donostiarra y el Anderlecht, de los que al menos ocho aficionados han sido detenidos por la Ertzaintza. La principal cuestión que plantea la entidad guipuzcoana es por qué el colegiado Marian Barbu no ha suspendido el choque hasta que no hubiera orden en la grada visitante.
Al margen del examen interno que se antoja imprescindible por unos incidentes ocurridos en el interior del Estadio -las Regulaciones Disciplinarias de la UEFA adjudican a los clubes locales la responsabilidad de la seguridad-, la Real ha reclamado a la Federación europea una reunión urgente en la que quiere pretende pedir explicaciones por la actuación del máximo responsable arbitral, que ha tenido que ser advertido por su linier, que a su vez había sido alertado por tres futbolistas de la Real que calentaban en la banda.
Para entonces, varios ultras visitantes habían conseguido reventar varios de los paneles de metacrilato y empezar a lanzar objetos a la grada inferior, donde se encontraban familias.
Escueto comunicado oficial
Ante estos hechos graves, la Real ha publicado un comunicado oficial en el que condena "enérgicamente una nueva agresión sufrida por nuestros aficionados en nuestra casa", al tiempo que ha mostrado su solidaridad "con todos los aficionados realistas afectados en el partido de esta tarde frente al RSC Anderletch (sic)".
En un escueto comunicado en el que no se ofrece ninguna lectura ni análisis sobre los hechos ocurridos en un Estadio cuya seguridad es responsabilidad de la entidad realista, el club que preside Jokin Aperribay "quiere informar que ha solicitado una reunión con UEFA para que los actos de hoy sean los últimos que tengan que vivir nuestros seguidores".