Reala

La Real vuela a semfiinales

El equipo txuri-urdin copia el mismo encuentro de los rojillos el domingo al marcar cuando peor estaba y sentenciar sin alardes
Las mejores jugadas del Real - Osasuna. / RUBEN PLAZA

Dicen que la venganza se sirve en plato frío. Lo que no se sabía es que el fútbol es muy caprichoso y se toma la revancha a su manera. En esta ocasión, la Real Sociedad pagó con la misma moneda a Osasuna. Los rojillos se llevaron los dos duelos de la Liga sin ser superiores y al aprovechar sus ocasiones con un porcentaje de acierto extraordinario en sus pocas ocasiones y esta vez fue el equipo txuri-urdin el que se llevó el gato al agua después de unos primeros 20 minutos en los que los navarros les superaron más que en ninguna fase de sus dos victoriosos duelos anteriores. Tres para su entrenador, que celebra hasta los triunfos en los amistosos.

Cuando peor pintaba la cosa, como para Osasuna en El Sadar el domingo, y en su primera ocasión para marcar, Barrenetxea aprovechó la oportunidad txuri-urdin para poner por delante a los suyos y, sin saberlo en ese momento, decidir la eliminatoria. Su regate fue el mismo que el de Pamplona, pero cuando no le hacen un penalti clarísimo, marca. Lógico, es que es muy bueno.

Poco después, Brais Méndez aprovechó un regalo a la altura de los que hicieron los realistas en El Sadar para anotar el segundo. Y, por si fuera poco, segundos después, a Catena se le fue la olla y dejó a su equipo con uno menos. Igual a su entrenador le parecerá bien su patada en la espalda, porque seguro que se trata de un buen chaval…

Sin hacer nada del otro mundo, en un duelo serio pero sin exageraciones, la Real impuso el peso de la lógica y eliminó a Osasuna, que no pudo celebrar su tercer triunfo seguido ante los donostiarras. El cuarto para su entrenador. ¿Cuántos rojillos serían titulares en el conjunto de Imanol?

Era un partido de vida o muerte en el que no existe nada más al término del mismo. Es cierto que Imanol había anunciado cambios respecto al once que presentó y perdió en Pamplona, pero la verdad es que, dada la importancia capital del encuentro y las consecuencias muy negativas y frustrantes que podría acarrear un nuevo posible fracaso, sorprendió su elección. Aritz entró en la derecha; Aihen, en la izquierda; y Pablo Marín y Brais, en la medular por delante de Zubimendi. Arriba se mantuvo el tridente preferido por el oriotarra, el mismo que maravilló en la Champions League la campaña pasada, aunque no estuviera el enrachado Óskarsson. Su suplencia llamó poderosamente la atención, porque en el país de los ciegos el tuerto es el rey y en un equipo que no marca un gol ni al arco iris, parece justo valorar y reforzar el que ha logrado tres y casi consigue otros dos en una semana.

Tampoco se puede discutir que en esta ocasión Imanol lo avisó, aunque lo hiciera con tanta contundencia que pareció que estaba, una vez más, jugando a las mentirijillas. 

Mal inicio

El comienzo del encuentro fue tan dramático como sorprendente. Osasuna fue mucho mejor que en cualquier fase del encuentro del domingo en Liga. Los navarros se llevaban todos los duelos y ponían en jaque a una Real amedrentada, confusa y con dudas. 

Budimir, al saque de una falta que remató completamente solo, y Oroz, en una acción de estrategia que se comió la zaga realista, estuvieron muy cerca de poner por delante a los suyos. Algo que habría cambiado por completo el signo de la eliminatoria.

Pero, como Osasuna el domingo pasado en El Sadar, en la primera que tuvo la escuadra guipuzcoana, marcó el 1-0. Una acción bien luchada por arriba por Take Kubo, con una combinación entre Barrenetxea y Mikel Oyarzabal que culminó el primero tras firmar el mismo regate que en El Sadar. Si no le hacen penalti, es gol, claro

Tras un susto de Iker Muñoz que atrapó Remiro en dos tiempos, llegó el segundo tanto local en un regalo incomprensible del propio osasunista ante la presión de Pablo Marín que aprovecharon entre Oyarzabal, que asistió, y Brais, que marcó a puerta vacía.

Por si eso no fuera suficiente, con Osasuna KO, a Catena se le fue la cabeza y le propinó una patada de karate a Brais que le costó la roja en el minuto 34. Oyarzabal casi anotó el 3-0 poco después; Oroz se quedó cerca de la escuadra; y a Kubo se le escapó el gol en una carrera con un disparo que lamió el palo.

Osasuna se pasó los últimos minutos buscando descaradamente una cartulina roja para equilibrar la balanza confiando en la incompetencia de Melero, pero esta vez no coló y el colegiado estuvo, como dijo Moreno el domingo, "fenomenal". Quién ha visto a los rojillos y quién les ve, con lo bravos que han sido siempre… ¿No será culpa de su entrenador?

En la reanudación, el duelo fue una espera al término de la contienda sin que se produjeran demasiadas cosas. Osasuna, que pegó y protestó demasiado, como si se sintiera perjudicado no sabemos muy bien de qué, lo intentó sin mucho éxito; y la Real, en lugar de divertir y encender a su parroquia, algo que de verdad necesitaba, se conformó con sellar su pase

A soñar

La Real es el cuarto grande en las semifinales de la Copa. Que nadie se olvide y le haga de menos. Menos aún nosotros. Que las fechas se alargan en el tiempo y puede que en otro momento más adelante los blanquiazules hayan alcanzado una versión más convincente y reconocible. Será sin duda el momento de la temporada.

Licencia para soñar

Por lo pronto la noche del jueves dejaron claro que son mejor equipo que Osasuna y que en su estadio, y con su afición encendida, ya le va a costar salir vivo a alguno. Sin complejos en las semifinales. Un éxito impresionante. Y ahora, que se preocupen los demás… A solo dos partidos de la final de Sevilla. Licencia para soñar en grande…

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07/02/2025