Baskonia y Virtus Bolonia ventilan esta noche (20.30 horas) la decimoquinta hoja del calendario en la fase regular de la Euroliga. Todo choque continental concita un enorme interés, y este adquiere una mayor temperatura debido a la presencia de Dusko Ivanovic en el Buesa Arena. No será la primera ni, probablemente, la última vez que aparezca como coach visitante, pero siempre concita un enorme aliciente.
En esta ocasión, medio año después de que pusiera punto final a su cuarta etapa baskonista. El montenegrino, fichado durante la pasada semana para reemplazar a Luca Banchi, que renunció al cargo dejando al equipo en un farolillo rojo que todavía ocupa, no pudo sentarse en el banquillo frente al Estrella Roja, y es hoy cuando efectúa su debut en las debidas condiciones superados distintos trámites.
En medio queda la derrota en Múnich, pero la victoria sobre Fenerbahçe y la del domingo en el derbi sobre Bilbao Basket dejan entrever ciertos brotes verdes que resultarían marchitos de sucumbir frente a una escuadra que nada más ha sido capaz de llevarse dos de los catorce choques europeos que ha afrontado, ante Maccabi (84-77) y Partizán (69-70). Brotes muy en especial vinculados con una defensa que ha mejorado muy notablemente, como lo atestiguan los 67 puntos encajados en Miribilla. Ganar supondría rondar un play-in que está a tiro de piedra, y hasta el play-off se halla a dos simples pasos.
Pero entre tanta noche de desgracia hay un dato que deja a las claras que es competitivo. Todos sus reveses se han consumado por un escaso margen. Únicamente Mónaco y Rea Madrid le han hecho hincar la rodilla por más de diez puntos de diferencia. Y en la Lega A del pallacanestro la situación no es tan pésima. Es tercero y viene de vencer en la cancha del Olímpia Milán (73-82). El libreto de Dusko ya surtió efecto. "Le va a dar un plus de intensidad", confesó ayer Pablo Laso, que ante este, tal y como reconoce, grandísimo adversario, volverá a no poder contar con Timothé Luwawu-Cabarrot debido al gemelo que tiene tocado, mientras Nikos Rogkavopoulos llega entre algodones pero en principio apunta a disponible.
En las filas transalpinas figuran piezas de notable valía como su gran amenaza, la de otro reciente ídolo querido en Zurbano, el excapitán Toko Shengelia. Memorables los seis años (2014-2020) que estuvo como azulgrana, también será especial, aunque menos, el regreso a Vitoria de Achille Polonara tras dos años de estancia (2019-2021). En definitiva, tres de los protagonistas del último Baskonia campeón, en aquella Liga de 2020 ventilada en Valencia a modo de burbuja en plena pandemia. Les acompaña en el juego exterior Will Clyburn con la dirección en el juego de los Marco Belinelli, Daniel Hackett y Rayjon Turner. En la pintura destaca Ante Zizic.