Mikel Yoldi (Pamplona, 1997) es una persona que se define como “tímida, un poco introvertida, que le cuesta abrirse. Pero que cuando entra en confianza soy un chaval abierto. Dentro del campo parece que soy un poco frío, pero estoy concentrado en lo que tengo que hacer y en lo que me pide el míster”.
Ese nivel de concentración le llevó el sábado a liderar el triunfo de la Mutilvera ante el Alfaro, en donde los pupilos de Jon Erice consiguieron una cómoda victoria (4-2) en un duelo vital entre los dos colistas del grupo. Desde el relevo en el banquillo, los del Valle de Aranguren han sumado seis de los nueve puntos disputados, y ya se acercan a la orilla de la permanencia a falta de un partido para llegar al parón navideño. “La verdad que era un partido importante, el último en casa, y la verdad es que había que sacar los puntos como fuera”, apunta el protagonista.
No está siendo una temporada sencilla para una Mutilvera en la que Yoldi radiografía que “venimos de una racha un poco negativa, donde en los últimos partidos nos estamos encontrando bien en el campo y era un rival directo que peleamos por lo mismo ahora y son buenos los tres puntos”. “Al final el equipo es el mismo.Con Jon hemos sabido dar un poquito más de intensidad y ser más verticales y las victorias en casa ayudan”, prosigue, antes de asegurar que la clave para cumplir los objetivos residen en que “en casa tenemos que ser un equipo muy duro, que los que vengan de fuera les cueste la vida sacar los puntos, y fuera de casa tenemos que ir a por los tres puntos”.
Analizando la situación, Mikel Yoldi asevera en que “al final nos estaba faltando un poco de suerte. Una racha negativa en la que metimos un gol, y de penalti, en ocho partidos, había que romperla como fuera”, al tiempo que reconoce sincero que ahora se sienten “un poco liberados, pero al final estamos tranquilos porque estábamos haciendo buenos partidos y buenos entrenamientos y sabíamos que la victoria podía llegar”.
El máximo artillero de los equipos navarros en Segunda RFEF con seis dianas se caracteriza por ser un jugador de equipo, lejos de los focos, porque “al final lo que sobresale es que un jugador ha metido tres goles, pero me quedo con la importancia de los tres puntos y de la imagen del equipo, porque sin ellos no habría pasado”.
Tanto con Andoni Alonso primero, como con Jon Erice después, Mikel Yoldi es un fijo en el once. “Con Andoni iba jugando de segunda punta o media punta, por detrás del delantero, y ahora Jon me está probando como referencia, de falso 9, con extremos que puedan romper al espacio que pueda dejar y estoy con confianza y eso se ve”, apostilla.
Yoldi, un apellido con historia en Mutilva
Mikel no es el primer Yoldi que celebra un gol con la elástica de la Mutilvera. Su hermano Ander, ahora en el Promesas, tiene el hito de ser el último jugador en marcar un gol en la extinta Segunda División B, y ahora es su hermano el que ha recogido no sólo el testigo, sino que también ha heredado su dorsal 21.
Después de tres cursos en el Izarra, Mikel Yoldi ha cambiado de aires y ha llegado al Valle de Aranguren. “Mutilva es una buena propuesta. Hay un equipo que tiene la base asentada desde hace seis años, que tiene una buena propuesta con balón, que juega muy bien al fútbol y eso era un poco lo que echaba de menos, el sentirme importante en un equipo con balón y con el equipo que tenemos eso me ayuda mucho”, expone sobre su fichaje, antes de considerar “totalmente” como un acierto su fichaje por el cuadro de Mutilva.
“Eran años en los que me habían llamado y no había dado el paso para venir. Igual he venido un poco tarde, pero estoy muy contento de estar aquí”, agrega. “Mi hermano ha pasado por aquí y se marchó muy contento. Siempre hay bromas en casa, de las buenas actuaciones que ha dejado él a ver si las podía superar yo”, bromea, sobre la situación.
Preguntado qué le beneficia del cambio de sistema del nuevo técnico, Mikel distingue que “con Andoni era un juego más posicional, de atacar desde atrás, siendo protagonistas con balón y al final los equipos se nos encerraban atrás y había muy pocos espacios porque los equipos venían a hacer su partido y sacar algo. Ahora con Jon sabemos que no tenemos que dar 20 o 30 pases para hacer gol, sino que con 3, 4 o 5 sabemos que podemos hacer daño”.
Por último, el jugador espera que el equipo pueda “darle continuidad a lo que estamos haciendo. En un grupo muy igualado como este, en los que dos victorias te hacen ir para arriba y dos derrotas para abajo, sabemos que estamos haciendo las cosas bien”, antes de afrontar el parón. “Ahora nos sentimos bien, fuertes, y ojalá que nos venga bien”, finaliza.