Esta vez sí. Después de varios intentos fallidos, la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley mordaza, pasó ayer a la siguiente pantalla en el Congreso de los Diputados.
Con todos los votos de nuevo del llamado bloque de investidura, incluidos los de Junts y Podemos, la cámara respaldó la toma en consideración de la iniciativa que habían registrado PSOE, Sumar, PNV, EH Bildu, ERC, y BNG.
Echa a andar, de este modo, un proceso que no estará exento de debate e, incluso, de encontronazos entre quienes apoyaron la propuesta y entienden necesaria la reforma de un texto al que siempre ha acompañado un alto nivel de rechazo.
Así, el PNV, que recordó que buena parte de lo planteado –la modificación de hasta 36 artículos– ya se recogía en el texto presentado por el Grupo Vasco en 2017 y pactado con el Gobierno en 2023, dejó clara su intención de presentar diversas enmiendas que mejoren la proposición de partida.
Principio de autoridad
En concreto, el diputado jeltzale Mikel Legarda, insistió en preservar el principio de autoridad. “Nos reservemos el derecho a la reconsideración de alguna cuestión fruto del equilibrio de cesiones mutuas que pudiera haber quedado descompensada. EAJ-PNV no da por cerrados los acuerdos en los que no haya participado”, anotó en este sentido, sin olvidar la mención a los votos negativos de EH Bildu y ERC que hicieron descarrilar el anterior intento de reforma.
Igualmente, Junts, a través de su portavoz Josep Pagès, puso de manifiesto que, en esta cuestión, su formación no aceptará “el chantaje de la adhesión total o nada”.
Entre otros aspectos que los postconvergentes entienden mejorables, Pagès mencionó específicamente que la actual redacción no impedirá que se sigan utilizando las pelotas de goma.
En una posición aun más dura, la representante de Podemos Martina Velarde habló de una “reforma parcial que llega tarde, es insuficiente y no supone un gran avance” respecto a la norma vigente.
Sin embargo, la portavoz de los morados ofreció su voto de confianza en las esperanza de que durante la fase de enmiendas se puedan corregir todas las carencias que le encuentran al texto que ayer recibió la consideración favorable.
Mucho más positivo se mostró Jon Iñarritu, portavoz de EH Bildu, la formación que no en vano pactó específicamente por PSOE y Sumar el actual proyecto de reforma.
Nueva oportunidad
“Es una nueva oportunidad para acabar con una ley que no ha sido más que una instrumento de represión ciudadana”, afirmó Iñarritu, que reprochó al representante del PP Miguel Tellado la pobre preparación de su intervención.
Se refería Iñarritu, entre otras cuestiones, a la utilización por parte de Tellado de los habituales lugares comunes de la derecha y la utilización de los viejos comodines. Así, el portavoz populares se refirió a la hipotética futura norma como “Ley Otegi”.
Tirando de idéntico argumentario, el portavoz de UPN Alberto Catalán sostuvo que “Serán los herederos políticos de ETA, los que organizaban la kale borroka, los que van a decidir cómo se van a disolver las manifestaciones”.
Mientras se producía el debate, en el exterior de las Cortes se manifestó un grupo de policías y guardias civiles bajo el lema No a la España insegura y profiriendo consignas como “Picoletos y maderos estamos hasta los huevos”.