Empieza 2023 con un anuncio del Gobierno de bajada del IVA para determinados alimentos. Está por ver si esta medida va a conseguir una disminución real de precios para el consumidor. Y está por ver si la reducción del impuesto sobre el valor añadido va a estrechar aún más las ganancias de agricultores y ganaderos, como lleva ocurriendo desde hace décadas. Y es que, un ejercicio más, la renta agraria en términos reales experimenta una importante caída del 8,7%, según informa el sindicato agroganadero alavés UAGA.
La primera estimación hecha por el Ministerio de Agricultura alerta de que la renta agraria ha descendido un 6,4% tras cerrar el año si se compara con la de la media de los últimos cinco años, es decir, el periodo 2018-2022.
La situación todavía es peor si la vista se echa más atrás, puesto que, observando la evolución desde principios de los años 90 del siglo pasado, la renta agraria real está un 11,5% por debajo de los niveles de 1990. Desde 2003, el sector primario ha perdido el 21,4% de su renta.
Este descenso en la renta agraria se debe principalmente al nuevo récord de crecimiento que marcan los costes de producción (hasta los 63.770 millones de euros a nivel estatal). “No compensa, por lo tanto, el impresionante ascenso de los consumos intermedios”, sostiene el informe del ministerio.
La producción vegetal creció un 4,2% debido a que, a pesar de que sufrió un fuerte descenso en el volumen producido (-14,7%), fue compensado con el crecimiento de los precios (+22,1%). La ganadera se incrementó un 24,5% debido al aumento de los precios en la misma cuantía, mientras que el volumen producido no varió el pasado año. Es más, todas las producciones agrícolas y ganaderas presentan incrementos en el valor final, excepto en el caso de las frutas, donde el aumento de precio no compensa la caída de la producción.
Ya lo denunció a mediados de diciembre, días antes de cerrar el ejercicio, el presidente de UAGA, Javier Torre, que el aumento de hasta un 400% de los costes de producción cuestiona el futuro del sector primario alavés, después de que se haya llegado a triplicar y hasta cuadruplicar el precio de abonos, gasoil, plásticos, herbicidas y otras materias primas necesarias para producir alimentos.
Próximas jubilaciones
Así lo reconoció también el responsable de Organización de COAG, confederación en la que está el sindicato agro ganadero alavés, Andoni García: “sin unos precios justos seguiremos perdiendo agricultores y, además, será más difícil abordar la incorporación de más personas a la agricultura, cuestión imprescindible para responder a los objetivos y retos a los que la ciudadanía europea se enfrenta; no podemos olvidar que en los próximos diez años se van a jubilar más del 50% de los agricultores”, subrayó.
La realidad es que la cesta de la compra ha llegado a límites inconcebibles hasta no hace mucho tiempo y no son precisamente los productores quienes ven aumentar sus ganancias. Recordaba Javier Torre que ya antes de la invasión rusa de parte de Ucrania empezaron a subir los costes y ya con el conflicto bélico se desató la batalla de los precios de las materias primas. “Por eso ahora las cosas están como están, con la inflación que sufrimos todos en la calle”, argumenta.
De capa caída desde 2003
El valor de la producción agraria comenzó a estancarse en 2003 y luego registró una tendencia positiva desde 2014, rota este último ejercicio. No obstante, los costes de producción siguen una curva alcista durante todo el periodo, alcanzando el pasado año un nuevo récord, con un incremento del 71% en diez años y del 141% en los últimos veinte. Como resultado, el disparado aumento del valor de la producción no se traduce en un incremento de la renta agraria debido a la desorbitada subida de los costes de producción.
El incremento ha sido del 31,2% en los precios de los consumos intermedios frente a un ligero retroceso de las cantidades consumidas del 1%. Crecen todos los capítulos: 62% fertilizantes, 49,6% energía y lubricantes, 34,6% piensos, 20.3% productos fitosanitarios, 17,2%, servicios agrícolas, 13,3% mantenimiento de edificios, 5,2% mantenimiento de material, 3,5% semillas y plantones, 2,5% servicios de intermediación financiera, 0,5%, gastos veterinarios, etcétera. Los piensos continúan siendo el capítulo más aterrador para el agricultor con un 54,5%, subiendo en precio (+34,7%). Especial atención merece la carestía de los fertilizantes (+75%) y de la energía (52%).
En conclusión, los consumos intermedios se han encarecido un 141%, mientras que la renta agraria corriente ha crecido sólo un 19,2% a lo largo de los últimos veinte años. Y en 2022, para obtener un euro de producción, agricultores y ganaderos han tenido que gastar 0,55 euros en insumos productivos.
Aumento de los costes de producción
Hace una década, los costes de producción suponían entre un 40% y un 45% del valor de la producción final agraria. Hoy se acercan al 60%, lo que afecta a la viabilidad de las explotaciones y hace que los agricultores se planteen y lleven a cabo ajustes para reducir gastos y pérdidas.
Lo mismo les ocurre a los ganaderos, con la agravante de que sólo los piensos valen hoy un 60% más, a lo que hay que sumar los altos precios de la luz, imprescindible para mantener las granjas en condiciones adecuadas para la cría del ganado. De hecho, algunos ganaderos ya han optado por sacrificar animales.
La renta agraria real por ocupado se situó el pasado año en 14.079 euros, lo que supone una notable caída del 4,5% respecto al año anterior debido al relevante descenso de la renta real (8,7%) y del 4% inferior a la media de los últimos cinco años. Con un retroceso del 4,4% en 2022, “nos situamos en niveles inferiores a la pandemia y no se refleja la tendencia general al aumento de ocupados del conjunto de la economía”, advierte el informe del Ministerio de Agricultura.
En cuanto a los trabajadores del campo, si bien la tendencia del número de ocupados hasta 2007 fue más negativa que la de los ocupados, la pérdida de empleados desde ese año fue menos pronunciada que en el resto de los sectores económicos. Sin embargo, en los últimos ejercicios hay un claro estancamiento en la evolución en la agricultura y ganadería, e incluso la situación se separa de la mejora que se da en el conjunto de los sectores.
Detalles
Subida de costes. Fertilizantes un 62,1%, energía y lubricantes un 49,6%, los piensos un 34,6%, productos fitosanitarios un 20,3%, servicios agrícolas un 17,2%, mantenimiento de edificios un 13,3%, mantenimiento de material un 5,2%, las semillas y plantones un 3,5% los servicios de intermediación financiera un 2,5% y gastos veterinarios 1,9%, según el Ministerio de Agricultura.
Los piensos. Continúan siendo el capítulo más importante del total de costes de producción con un 54,5%, subiendo en precio (+34,7%). Especial atención merece la subida del precio de fertilizantes (75%) y energía (52%).
Renta agraria. La renta agraria real está un 11,5% por debajo de los niveles de 1990. Desde el año 2003, el sector agrario ha perdido el 21,4% de su ganancia real total, lo que refleja una evolución desastrosa.
Tendencia. En los últimos veinte años, los consumos intermedios se han encarecido un 141%, mientras que la renta agraria corriente ha crecido un 19,2%.
Récord. Los consumos intermedios alcanzaron en 2022 en el Estado los 35.240,8 millones de euros en términos corrientes, la cifra más alta de la serie por sexto año consecutivo, pero con un elevado ascenso respecto a 2021 (29,9%). Este capítulo se ha incrementado un 71% en diez años y del 141% en los últimos veinte.
Ha dicho
Ministerio de agricultura: “No compensa el impresionante ascenso de los consumos intermedios”
El descenso en la renta agraria se debe principalmente al crecimiento del valor de la producción, que alcanza un nuevo récord hasta los 63.770 millones de euros, según los datos de cierre del ejercicio.
Un dato
0,55 Euros de gasto por cada euro de producción. Los consumos intermedios se han encarecido un 141%, mientras que la renta agraria corriente ha crecido sólo un 19,2% a lo largo de los últimos veinte años. Por ejemplo, en 2022, para obtener un euro de producción, agricultores y ganaderos tuvieron que gastar de media 0,55 euros en insumos productivos.