La catedral donostiarra del Buen Pastor está inmersa en la rehabilitación más importante de sus 120 años de historia. A finales del próximo verano, está previsto que finalice la segunda fase de las obras, con un pequeño retraso por la complicación que supone la restauración de las vidrieras, algunas e las cuales estaban muy dañadas.
El delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, acompañado por el obispo de Donostia, Fernando Prado, ha visitado este miércoles las obras que se realizan en la fachada este del templo, sufragadas en un 75 % con el programa del 1,5% cultural impulsado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Tras la rehabilitación de la torre de la catedral entre enero de 2019 y verano de 2020, de la que el Gobierno central aportó el 50% de coste, la diócesis concurrió a la segunda convocatoria de esas ayudas y recibió 1,6 millones de euros para unos trabajos cuya inversión total es de 2.166.000 euros, de los que el Obispado ha aportado el 15% y Ejecutivo vasco el 10 restante.
El Obispado volverá a pedirlas, dado que falta actuar en la fachada oeste para completar la rehabilitación del Buen Pastor, que como todas las catedrales "necesita que se les dé una vuelta cada 40 o 50 años", ha señalado Fernando Prado -la anterior se llevó a cabo entre finales de los 70 y principios de los 80-.
"Esta es la más importante que se ha acometido hasta ahora", ha remarcado el obispo, que ha expresado su satisfacción por contar con el apoyo del Gobierno central para realizar estos trabajos.
La zona, ha destacado Itxaso, va a experimentar un cambio con la llegada al centro de la pasante del "Topo", a lo que se añadirá la rehabilitación de la catedral, "que es más que un lavado de cara".
Itxaso ha recordado que a los 1,6 millones de euros de esta segunda fase deben añadirse los 819.000 que el Ministerio destinó para la torre, cifras a las que espera que se sumen subvenciones correspondientes a la tercera convocatoria del departamento de Raquel Sánchez.
La fachada este en la que se está interviniendo desde junio del pasado año era la parte de la catedral más deteriorada, en la que además se habían producido pequeños desprendimientos en los últimos años.
Se han desmontado las vidrieras, algunos de cuyos emplomados estaban muy dañados, y se han trasladado a un taller del Vitoria, el mismo que restauró las de la catedral de Santa María de la capital alavesa, para limpiarlas, recuperar su planimetría y restaurar todas las soldaduras de estaño en mal estado.
Finalmente, se recolocarán en su posición original, protegidas con vidrios isotérmicos, lo que ayudará a combatir, por ejemplo, los cambios de temperatura, que han sido una de las causas que han incidido en la deficiente conservación de las vidrieras, ha explicado Aitor Zubia, arquitecto responsable de las obras, que ha acompañado a Itxaso y Prado en su recorrido.
Se está trabajando también en las superficies pétreas, que se están saneando, limpiando y restaurando, y en las cubiertas de pizarra y remates de zinc. Los canalones y las bajantes se sustituirán completamente.
El delegado del Gobierno ha invitado al conjunto de instituciones vascas para que en la próxima convocatoria, en la que "habrá todavía más fondos" porque se pasará del 1,5 al 2% cultural, a que soliciten ayudas para restauración patrimonial porque por sí mismas "no pueden acometer rehabilitaciones de este calibre".