El Ayuntamiento de Pamplona ha abierto al tránsito este miércoles la plaza del antiguo Grupo Oscoz, tras seis meses de obras de reurbanización que han cambiado radicalmente la cara a una zona que ocupaba un edificio de tres plantas derruido en 2020. La renovación integral de ese espacio ha contado con un presupuesto de 336.000 euros y la ha ejecutado la empresa Lacunza Hermanos S.L.
La Gerencia de Urbanismo y la Comisión de Urbanismo han visitado la nueva plaza, situada entre la avenida de Marcelo Celayeta, Joaquín Beunza y la trasera de la calle Abaurrea Alta. Las obras han revitalizado el espacio generando una nueva zona de estancia arbolada, han renovado pavimentos e instalaciones y han creado nuevas rampas y escaleras para salvar el desnivel de la plaza hacia Joaquín Beunza. La pendiente de esas rampas y escaleras de hormigón es menor del 6%, adecuándose así a la normativa de accesibilidad vigente. Se han instalado también barandillas de acero galvanizado para favorecer el tránsito.
La nueva plaza cuenta con una zona central arbolada, de estancia y descanso, con cinco bancos de madera de un tramo sin respaldo y con once bancos con respaldo. La nueva pavimentación consta de piezas modulares de hormigón de alta resistencia con dos diseños: por una parte, pavimento en tres tonos para la conexión con Joaquín Beunza y para la plaza propiamente dicha y, por otra, pavimento de adoquín drenante alrededor de los árboles, con su correspondiente sistema de riego, ha detallado en una nota el Ayuntamiento de Pamplona.
PENDIENTES DE LOS SUMINISTROS PARA LA NUEVA ILUMINACIÓN
Los retrasos en los suministros han pospuesto la nueva iluminación prevista. De forma provisional, se han instalado unas luminarias distintas a las que reflejaba el proyecto, a la espera de que lleguen las definitivas, de un modelo como el de la cercana calle Joaquín Beunza, y proceder al cambio. La plaza se completa con tres papeleras ancladas a farolas. En la conexión del espacio con la avenida de Marcelo Celayeta se ha colocado una alineación de bolardos de acero para evitar la entrada de vehículos a la plaza.
Se ha aprovechado también para la revisión y adecuación de las instalaciones de la zona, eliminando las conexiones del edificio en su día derribado. Se han creado las arquetas y los conductos para soterrar las instalaciones aéreas, telefonía y electricidad, aunque ese soterramiento de redes no está incluido en el proyecto. Asimismo, se ha renovado la instalación de recogida de aguas pluviales a través de la construcción de un nuevo pozo que se ha conectado a los ya existentes en la zona.
El Ayuntamiento de la capital navarra pretende culminar la transformación de la plaza con un Plan de Intervención General (PIG) para posibilitar la rehabilitación energética, estética y de accesibilidad de los ocho portales del entorno para que se integren con las mismas características que el resto de urbanización que la rodean. Existe un convenio marco con las comunidades de vecinos y vecinas, que ya han presentado los proyectos oportunos para obtener financiación municipal.
Esta actuación comenzó en 2005 con la declaración como 'zona vulnerable' del espacio que ocupaba el edificio del Grupo Oscoz, un inmueble de tres pisos construido en 1917 y que quedó 'encerrado' en la plaza con el desarrollo de los bloques de alrededor. En septiembre de 2020 se procedió al derribo del edificio, ya en estado de ruina.