El dramaturgo catalán Guillem Clua, considerado uno de los autores más interesantes salidos de la escena catalana, escribió Smiley para un torneo de dramaturgia, y lo estrenó un año después en una pequeña sala barcelonesa. De ahí pasó a otros escenarios incluso internacionales, al formato libro y ahora se ha convertido en una serie que acaba de estrenar Netflix.
Smiley cuenta la historia de Álex (Carlos Cuevas; Merlí) que, tras sufrir un desengaño amoroso, envía un mensaje de voz pidiendo explicaciones pero, por error, lo envía a un desconocido, Bruno (Miki Esparbé; Reyes de la noche). Ese equívoco es el primero de los acontecimientos que cambiará la vida de los dos.
Clua ya había trabajado con Netflix y ha adaptado el libreto para convertir hora y media de texto en ocho capítulos. Creó nuevos conflictos para que la historia “fluyera de manera adecuada” y también amplió las tramas de los personajes secundarios abriéndose así a otras realidades del colectivo como la de la pareja de lesbianas formada por Vero y Patri o el travestismo del personaje interpretado por el actor malagueño Pepón Nieto (Los hombres de Paco).
“Tenía mucho interés en mostrar esa realidad del hombre gay mayor, que suele estar invisibilizado en las historias de amor y al que incluso dentro del propio colectivo se deja de lado”, explica Guillem Clua.
ROMPIENDO MOLDES
Una comedia romántica, para algunos inspirada en la película Love Actually, que a Clua le hubiera gustado ver en su adolescencia. “Por suerte cada vez hay más contenido LGTBI+ en las pantallas y está triunfando. Esta serie va más allá, cuando los hombres tienen ya entre 30 y 40 años, han salido del armario y tienen unos conflictos más serios. Como cualquier comedia romántica, pero con hombres”, resume.
“El amor vende. Si no lo tenemos en nuestra vida, están el cine y el teatro para hacernos creer que podemos conseguirlo. Y vivir una apasionante historia de amor verdadero es la historia que todos queremos protagonizar. La comedia romántica nos hace creer que es posible ser amados. Tiene el poder de hacernos felices. Eso me fascina”, afirma Clua.
Para el actor Carlos Cuevas “es bonito poder contribuir a generar referentes a través de los clichés de comedia romántica, y romper moldes porque está protagonizada por dos hombres. Me parece muy bonito participar en esto y que llegue a las casas de cientos de países”.
La obra tuvo una secuela tiempo después de su estreno, por lo que tanto Clua como los actores confiesan que estarían “encantados” de que hubiese segunda parte. “Aunque eso no depende de nosotros, sino de la audiencia. Ojalá guste y podamos hacer otra temporada”.