Son muchos los senderistas avezados que tiene entre sus recorridos más señalados la ruta que va desde la localidad asturiana de Poncebos hasta la de Caín, en León. Es la Ruta del Cares. Son alrededor de 12 kilómetros en pleno corazón del Parque Natural de Picos de Europa que no se olvidan.
Sobre el río Cares, por las paredes que inicialmente erosionaron la aguas y que a comienzos del siglo XX, entre 1916 y 1921, el hombre talló para horadar un agreste canal que llevara agua y electricidad a la zona. A pico y dinamita llevo a cabo esta obra, que para su mantenimiento dejó una senda peligrosa y escarpada.
Ante las dificultades que su uso implicaba, en la década de los 40 se construyó el actual camino, más llano y de 1,5 metros de anchura.
La dificultad para los que actualmente la recorren por ocio, es relativamente baja. La distancia que hay que recorrer, especialmente si se hacen los 22 kilómetros que suponen la ida y vuelta, y los desniveles del primer tramo si se sale desde el lado asturiano, en Poncebos, hacen necesaria una cierta forma física y resistencia. La dificultad técnica es escasa.
Conocida como la Garganta Divina, esta ruta empequeñece al que la recorre al caminar por el fondo de una brecha de 2.000 metros de profundidad. También abruma contemplar los paisajes de roca rodeado de ese silencia de la naturaleza que son los cantos de los pájaros, el murmullo del agua y el viento que silba entre las piedras. Si además descubrimos la silueta del Naranjo de Bulnes al comienzo de la ruta si entramos desde Asturias, el espíritu del caminante reconoce que frente a la naturaleza somos poca cosa.
En función de la forma física de cada cual y del número de paradas que se hagan por el sendero para admirar las diferentes maravillas del entorno, llegar a Caín llevará unas 3 horas y media. A partir de aquí, las posibilidades son dos: volver por donde se ha venido tras reponer fuerzas o regresar en algunos de los autobuses que en temporada hacen esta labor. También existe la posibilidad de haber contactado con alguna empresa turística que organiza excursiones en la zona y que sean ellos los que faciliten el regreso.
Desde la web de Asturias Paraiso Natural recomiendan que para realizar la Ruta del Cares lo más importante para el visitante es ser precavido y previsor, y realizar esta ruta con un buen equipamiento de calzado adecuado, ropa de abrigo e impermeable (no hay que olvidar que en estas zonas de montaña el clima es muy variable en cualquier época del año), teléfono móvil, protección para el sol, bebida, comida energética como frutos secos o chocolate.
También la atención a la seguridad es necesaria. La propia garganta del Cares obliga a extremar el cuidado, vigilar la posibilidad de caída de piedras, del borde lateral de un camino que carece de barandillas.
Si en el grupo se va con niños es recomendable que tengan cierta autonomía o llevarlos de la mano caminando por la parte interior del camino.
El recorrido que sale desde Poncebos
Se accede a través de la AS-114 en dirección Cangas de Onís-Arenas de Cabrales (Las Arenas). Una vez en el casco urbano desviarse a la AS-264 hacia Poncebos, donde comenzará la ruta.
A unos 600 metros del inicio se llega a una bifurcación, donde un sendero que atraviesa el puente de Jaya, que pasa al lado de una casa con el mismo nombre. Hay que coger el camino a la derecha, que lleva hacia el desfiladero del Cares.
Tras andar un par de kilómetros comienza el tramo más abrupto de la ruta, donde el camino asciende y desciende por la ladera del monte durante casi todo el recorrido, aunque las diferencias de nivel no son muy altas, ni las cuestas muy duras.
Sobre el kilómetro 8 se llega al puente Bolín, que cruza el río y tiene una longitud de 60 metros. Medio kilómetro más adelante se vuelve a cruzar el cauce del Cares en el puente de los Rebecos.
La ruta continúa 4 kilómetros más y llega a Caín, en la provincia de León y fin de la excursión.