La Sala Kubo Kutxa de Donostia muestra en 'Geometría, luz y color' el paisaje propio de Soledad Sevilla, una de las artistas más reconocidas del panorama artístico contemporáneo del Estado. La exposición, que podrá visitarse hasta el 28 de mayo, reúne obras realizadas por la artista valenciana, Premio Nacional de Artes Plásticas de 1993, en los últimos 25 años.
Sevilla, nacida en Valencia en 1944, ha sido galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas y nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Granada, ambos en el año 2020. Su trabajo se desarrolla en torno a una reflexión sobre el espacio, la luz y el color, y sus obras son el resultado de una búsqueda interior, entre emociones ocultas o contenidas, que da lugar a pinturas e instalaciones de gran profundidad emocional.
En el proceso creativo, la artista encuentra un importante apoyo en la poesía, como disciplina estrechamente ligada a la pintura. Para Soledad Sevilla, la gran lucha es traducir el sentimiento en un objeto. De igual manera, la geometría también ocupa un lugar preferente en su obra.
'Mi propio paisaje' es una exposición que se plantea como una inmersión en el mundo creado por la artista, que entiende la pintura como una postura vital, y que presenta su paisaje ordenado, liviano, puro y franco, basado en una profunda investigación sobre la geometría, el espacio y la luz.
La muestra ha sido concebida específicamente por Soledad Sevilla para la Sala Kubo Kutxa de la capital guipuzcoana, inspirándose en las sugerencias del espacio en la que va a ser instalada. Toma su título del verso de Fernando Pessoa 'Yo soy mi propio paisaje'.
La pintora valenciana ha creado para esta exposición la obra titulada 'Nada temas', en la que parte del verso tomado del poema de Santa Teresa de Ávila 'Nada te turbe'. Se trata de una creación fugaz y frágil en la que lleva a la arquitectura su preocupación en torno a la línea y el plano, delineando la profundidad y el volumen de la estructura que dibuja en el espacio con trazos de luz, que en realidad son simples hilos de algodón instalados de forma rítmica y geométrica atravesando el vacío, tejiendo el aire, creando un ambiente de espiritualidad sublime.
La exposición también ofrece 'la abstracción geométrica más pura', dibujos seriales de los inicios de su carrera, en los que a través del uso repetitivo de la línea crea espacios depurados y ficticios, generando una experiencia emocional de serenidad cuasi mística. Están realizados en los años 70 y 80 sobre rollos de papel continuo, creando estas estructuras geométricas infinitas. Algunos de estos trabajos, inéditos en muchos casos, realizados durante su estancia en Boston, se pueden ver en esta exposición.
Arquitecturas agrícolas
La observación la naturaleza es la fuente de inspiración para las series situadas en la gran sala central. Así, 'Arquitecturas agrícolas' se inspira en el paisaje de la Vega de Granada y, en concreto, en los secaderos de tabaco que se diseminan en ella.
Se trata de construcciones tradicionales rurales, bastante rudimentarias, en las que habitualmente se colgaban las plantas y hojas de tabaco para protegerlas del sol y la lluvia, al tiempo que se facilitaba la ventilación, en su proceso de secado. La artista evoca y reproduce de forma poética esas construcciones en metal, neopreno o papel, materiales maleables, creando juegos de luces.
Soledad Sevilla rescata también los secaderos de tabaco y en las maderas destartaladas que permanecen de estas arquitecturas de origen agroindustrial para sus 'Retablos'. La intervención en sala, formada por 'Retablo A', 'Retablo B' y 'Sonata sin futuro', se configura como "un retablo moderno, como una instalación, una capilla".
Por su parte, en las obras de 'Muros' confluye lo geométrico y lo orgánico. Son obras en las que "aparece el ritmo de la pincelada, cómo se suceden y acumulan las hojas de las plantas trepadoras que envuelven los muros de la carrera del Darro de Granada".