Un estudio en el que se unieron quirúrgicamente ratones jóvenes y viejos para que compartieran la circulación sanguínea durante tres meses ha demostrado que los ratones viejos no se beneficiaron significativamente en términos de vida.
Por el contrario, los ratones jóvenes que fueron expuestos a la sangre de animales viejos tuvieron una vida significativamente menor en comparación con los ratones que compartieron sangre con otros ratones jóvenes. El estudio se ha publicado en la revista científica 'Rejuvenation Research'.
La parabiosis heterocrónica es una herramienta de investigación utilizada para evaluar el efecto de los órganos y de los factores sanguíneos en animales jóvenes y viejos. Menos controlada que el intercambio directo de sangre, la parabiosis es un modelo de intercambio de sangre entre dos animales conectados quirúrgicamente.
Iryna Pishel, de la Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kyiv y Bienta Ltd (Ucrania), y sus coautores utilizaron la parabiosis heterocrónica entre ratones jóvenes y viejos y los controles isocrónicos durante tres meses. A continuación, desconectaron a los animales y estudiaron los efectos de la unión en el plasma sanguíneo y en la vida de los animales.
Disminución significativa de la vida útil
"El resultado más sólido e interesante de este estudio es el hecho de una disminución significativa de la vida útil de los ratones jóvenes de las parejas parabióticas heterocrónicas. Estos datos apoyan nuestra suposición de que la sangre vieja contiene factores capaces de inducir el envejecimiento de los animales jóvenes. Encontrar y suprimir selectivamente la producción de factores de envejecimiento en el organismo podría ser el campo de investigación clave para la prolongación de la vida", afirman los investigadores.
La redactora jefe de la revista, Irina Conboy, doctora y profesora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos), afirma que "este trabajo aclara la cuestión de si la sangre joven o la sangre vieja controlan la longevidad, que ha sido objeto de debate".
"¿Existen efectos duraderos de la parabiosis heterocrónica y, si es así, se trata de un rejuvenecimiento o de un envejecimiento? El trabajo del grupo de Pishel estableció que la duración de la vida de los ratones viejos no aumenta tras ser parabiados con ratones jóvenes. Por el contrario, los animales jóvenes que se unieron a los ratones viejos sufren un acortamiento de la vida, incluso después de ser desconectados. Este descubrimiento es importante para establecer la dirección precisa de los enfoques clínicos antienvejecimiento y para proporcionar pruebas científicas clave contra la potencia de los factores sanguíneos jóvenes en un organismo envejecido. Este trabajo sigue claramente el informe publicado anteriormente por este grupo de que las infusiones de plasma sanguíneo joven en ratones, no aumenta su vida útil", remacha.
Pishel realizó estos estudios seminales como directora del departamento de la Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kyiv, pero compuso el artículo como refugiada, a partir de datos recogidos antes del estallido de la guerra. Estos importantes estudios se vieron interrumpidos por la guerra.