La sarna humana repunta durante la pandemia y la razón está clara

Los medios de comunicación, en especial los locales, se están haciendo eco de la aparición de brotes de sarna en toda España. "La sarna 'resucita' en La Rioja con más de 70 afectados en los tres últimos brotes", titulaba el diario La Rioja recientemente. "Detectan dos casos de sarna en alumnos de un colegio de Bilbao" anunciaba El Correro; "Un brote con 20 positivos y 200 presos aislados genera tensión en la cárcel de Segovia" informaba el Norte de Castilla, "Brote de sarna en Mallorca" titulaba del Diario de Mallorca una información sobre esta enfermedad dermatológica parasitaria.

Por su parte, un vídeo en la red TikTok que se hacía eco, de una manera un tanto irónica también hay que decirlo, de un rumor que asociaba estos brotes con probarse ropa en los cambiadores de las tiendas se hacía viral y provocaba numerosos comentarios reforzando esta teoría y narrando experiencias en carne propia con esta enfermedad.

Antes que nada hay que aclarar, y así lo hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), es que la trasmisión de la sarna común a través de prendas es poco probable ya que para que se dé el contacto debe ser prolongado, algo que no ocurre cuando alguien se prueba una prenda en una tienda. Además, en este caso concreto ocurre que dados los protocolos sanitarios establecidos en la mayoría de los comercios textiles a raíz de la covid, las prendas que han pasado por un probador se desinfectan antes de volver al expositor.

Lo que sí es cierto es que desde 2014, el Centro Nacional de Epidemiología ha detectado una tendencia creciente de ingresos hospitalarios por sarna y que los principales focos de trasmisión fueron los entornos sanitarios y sociales y los centros de ancianos.

Un repunte con causas específicas

La sarna es una parasitosis que se trasmite por el contacto piel con piel en el que el ácaro que lo causa, el Sarcoptes scabiei, pasa de un huésped a otro. Pero esta trasmisión ta mbién puede darse a través de los restos que puedan quedar en las costuras de la funda de un sofá o en la ropa de cama compartida. Así, si varios individuos conviven en un espació cerrado y durante mucho tiempo "aumenta el riesgo de que si alguno de ellos presenta esta enfermedad la pueda trasmitir al resto". Por eso residencias, centros carcelarios y cuarteles han sido siempre los principales focos.

Imagen de un ejemplar de 'Sarcoptes scabiei', ácaro causante de la sarna. Foto: Kalumet

Pero una segunda característica de los casos que se están dando en los últimos tiempos es una resistencia mayor a los tratamientos médicos. Y de estos también la pandemia puede ser la causa. Según, Casals, "la profesión medica se volcó en la atención de los enfermos de coronavirus" y no se pudo diagnosticar ni seguir ni tratar a estos pacientes.

De todos es sabido que se limitó el acceso a los centros de atención primaria para consultas presenciales y diagnosticar esta enfermedad por teléfono es sumamente difícil. Por ello, los casos ya llegaron muy avanzados y con una mayor afección.

Además, la trasmisión puede darse antes de manifestarse los primeros síntomas, por lo que el contagio con el núcleo conviviente es rápido y sin aviso. Igualmente. Aunque solo haya una persona afectada entre los convivientes, el tratamiento se debe aplicar a todos de manera preventiva y profiláctica. Algo que durante el confinamiento tampoco se pudo hacer.

¿Qué es la sarna?

Los parásitos se instalan en la parte más interna de la epidermis, adonde llegan abriéndose paso por pequeños túneles y las hembras ponen una quincena de huevos que eclosiona en tres o cuatro días.

Un intenso picor es el principal y más molesto de los síntomas de la sarna. Foto: Freepik

Entre los síntomas además del intenso picor es una erupción en la piel que se puede extender a todo el cuerpo. Esta erupción aparece como g ranos o ronchas rojizas que pueden acabar en heridas por el rascado, la formación de costras o un gran desescamado.

Tratamiento

Pero los brotes ahora detectados presentan resistencia por lo que se debe emplear también un medicamento escabicida oral.

Es imperativo lavar toda la ropa de casa con agua a 60 grados para eliminar todo rastro de ácaros. Pixabay.

Pero simultáneamente a las medidas médicas, también hay que practicar otras higiénicas. También hay que lavar la ropa, sábanas, mantas, fundas sofás, alfombras... Lo que pueda meterse en la lavadora a 60ºC y luego en la secador, no dudarlo y lo que no se pueda, meterlos en sacos de plásticos durante un mínimo de cuatro días, pero si es una semana mejor. El ácaro causante de este mal puede sobrevivir hasta 36 horas fuera del cuerpo humano, por lo que es mejor alargar este plazo.

Los muebles, sofás y similares deberán ser limpiados con insecticida y no acercarse a ella en unos días.