La categoría de plata ha alcanzado el ecuador del curso y tras veintiún jornadas disputadas existe una conclusión que pone de acuerdo a todos los entrenadores de Segunda. Y es que el campeonato doméstico está más igualado que nunca. Esta misma opinión es la que Luis García ha repetido en numerosas ruedas de prensa, ya fuese después de rubricar triunfos o de caer derrotado. Y nada más lejos de la realidad, la sensación que transmite el técnico madrileño es una evidencia que demuestra la propia clasificación.
Las distancias entre el cielo y el infierno en Segunda son mínimas. En cuestión de semanas una escuadra a la deriva puede volver a flote y postularse en la zona noble de la clasificación. Y, al mismo tiempo, un equipo que durante meses se ha mantenido infranqueable en la cúspide de la tabla puede caer posiciones por una mala racha.
EL ASCENSO, EN UN PUÑO
La diferencia de puntos entre el líder y el séptimo en este curso es de tan solo seis puntos. La más corta en las últimas cinco campañas. Las Palmas, que ostenta actualmente la primera posición, mantiene un colchón de dos puntos respecto al tercer clasificado y una más cómoda de seis respecto al sexto, séptimo y octavo clasificados, que están igualados a puntos. No en vano, el liderato del cuadro canario es el más pobre de las últimas cinco temporadas, pues en el último curso a estas alturas de liga el Almería tenía 45 puntos, en la 2020-21 el Espanyol otros 45, en la 2019-20 el Cádiz 43 y en la 2018-19 el Granada tuvo 40.
Es evidente, por tanto, que la categoría de plata está comprimida y que ninguno de los contendientes es capaz de alejarse respecto a sus perseguidores. En la temporada 2021-22, por ejemplo, el líder Almería mantuvo una distancia de 14 puntos respecto al séptimo clasificado al término de la 21ª jornada. Una distancia inviable en este curso dado que el nivel entre los primeros clasificados es muy parejo.
En la temporada 2020-21, El Espanyol, que era el líder de la categoría con 45 puntos, estaba separado por tres puntos respecto al tercer puesto y por otros 14 a la Ponferradina, que delimitaba la zona del play off por el ascenso. Cabe destacar que el conjunto barcelonés dispuso en aquel curso de una plantilla prácticamente de élite con futbolistas como De Tomás y Diego López, pichichi y Zamora de aquel curso en el que marcaron las diferencias.
Durante el curso 2019-20 la igualdad en la zona noble estuvo lejos de la que se respira en este curso. Y es que el Cádiz, a estas alturas de temporada, atesoraba 43 puntos en su granero con una distancia de siete respecto al segundo clasificado y once respecto al séptimo. Un colchón fundamental para enfilar la segunda vuelta con una dosis de tranquilidad. No en vano, el conjunto gaditano rubricó 13 victorias en las primeras 21 jornadas, tres triunfos más que Las Palmas y Eibar, los equipos que en más ocasiones han ganado durante este curso.
La temporada 2018-19 es la más similar al actual curso en cuanto a la igualdad clasificatoria. Y es que en aquella campaña el Granada, líder en solitario con 40 puntos, tan solo mantuvo una distancia de un punto respecto al segundo clasificado y de otros siete puntos respecto al séptimo clasificado. Ahora bien, desde la vigesimoprimera jornada hasta el cierre del curso la clasificación dio un vuelco y Osasuna, que era el sexto clasificado durante el parón de navidades, acabó el curso como el líder de la categoría.
Con todo, el Deportivo Alavés se mantiene en la lucha por el ascenso tras la primera vuelta del curso. Es cierto que el cuadro gasteiztarra ha dado un bajón en el último mes de diciembre pero, aun así, el Glorioso se mantiene en esa famosa horquilla entre el primer y sexto clasificado. En este sentido, que los de Luis García mantengan su puesto entre los seis primeros clasificados es determinante para que, llegados al último sprint del curso, el conjunto babazorro dependa de sí mismo para rubricar el ansiado ascenso. l