En la comarca de Auñamendi, a 31 kilómetros de la capital navarra, se encuentra el Valle de Erro, una de las zonas donde las altas temperaturas han hecho mella.
Antes de ayer, el alguacil, Xabi Zia, se vio en la obligación de aplicar unas cuantas medidas para hacer frente a la sequía. El manantial que abastece a Lintzoain, Bixkarret y Mezkiritz escasea de agua, y visto las temperaturas que se preveen para los próximos días, los vecinos no tendrán otro remedio que acatar las medidas. Hasta nuevo aviso, está prohibido regar huertas, invernaderos o jardines privados.
Hasta ahora, el verano lo pasaban sin incidentes, y en septiembre, cuando el agua comenzaba a escasear, las precauciones que tomaban eran mínimas. Este año no es el caso. Dada las urgencias, Bixkarret, el pueblo más alto de los tres perjudicados, ha necesitado cuatro camiones cisternas de 18.000 litros de agua para llenar su depósito y así, poder realizar las necesidades básicas con tranquilidad. Maquinarias que se llenaron en Erro y Espinal y que han sido claves para que el dosificador automático de cloro vuelva a funcionar. En los próximos días, se instalará una bomba desde la fuente Larregutxi, que está cerca del albergue de Sorogain, hasta el nacedero Lastur. A largo plazo, no se descarta utilizar la fuente, que se encuentra debajo del monte Adi para dar solución al problema que se está agrandando. “Pese a ser pequeños, Mezkiritz, Bixkarret y Lintzoain son pueblos que tienen mucha vida. Hay albergues, granjas, huertos, incluso, invernaderos, y todos, de una forma u otra, necesitan agua para salir adelante”, dicta Zia. Joaquín Linzoain, se suma a la idea. “Yo tengo huerto y temo por mis lechugas, la verdad. Hay tanta sequía que hasta las patatas y las alubias necesitan riego”, sentencia.