Una sinsorga, de acuerdo con la definición que la RAE ofrece en su diccionario, es una persona “insustancial y de poca formalidad”. Este palabrejo – un adjetivo, para ser exactos – procede del euskera (zenzurgue) y tiene mucho arraigo en Bizkaia. “Es algo que nos han llamado a todas las mujeres de Bilbao y de Bizkaia, más a las que estamos metidas en este jaleo que es el movimiento feminista, a todas las que nos hemos salido de la norma”, constata Irantzu Varela, periodista y fundadora de La Faktoria Lila. Junto a la también periodista Andrea Momoitio – ligada a Pikara Magazine – ha dotado de materialidad a esta palabra por la que se sienten interpeladas por vivir en los márgenes, por no ceñirse a la heteronorma. Ambas están convirtiéndola en un lugar, en un espacio cultural de uso múltiple que tiene el feminismo como eje vertebrador. Ambas son las promotoras de La Singorga, que se está construyendo sobre la antigua tienda de novias de la Calle Askao.
Tanto Irantzu como Andrea llevaban cierto tiempo barruntando la posibilidad de crear un espacio propio. “Creo que es algo muy habitual en las mujeres feministas, en las lesbianas… Esa búsqueda constante de un lugar que sintamos propio”, sostiene Irantzu. Añade, además, que buscaban un espacio que aunase la hostelería con un amplia y sólida oferta cultural, “las patas” de su ocio. “Antes habíamos mirado algún local, pero todavía no estábamos en búsqueda activa. Lo percibíamos como un sueño, como algo bonito de materializar, pero no había ningún planteamiento en firme”, explica Andrea.
La posibilidad de hacer de este sueño una realidad tangible surgió cuando vieron que la propietaria de la antigua tienda de novias de la Calle Askao había puesto el local en alquiler en abril de 2022. “¡Es este el sitio!”, pensamos. Y si era ese sitio es que había llegado el momento de intentarlo”, prosigue la periodista de Pikara. Entonces, ambas acudieron a ver el lugar con diferentes amigas y profesionales de diferentes sectores. Todas las que acompañaron a Varela y Momoitio al local pensaron que era el lugar perfecto al que trasladar su idea. “Nos animamos, sin pensarlo mucho la verdad”, reconoce Andrea. “Pretendíamos que nos disuadieran de hacerlo, pero resulta que a todo el mundo le pareció una idea buenísima. Solo hubo motivación. De hecho, hasta ahora nadie nos ha disuadido (ríe)”, añade Irantzu.
SIMBOLISMO FEMINISTA
Las periodistas se sintieron poderosamente atraídas por el edificio desde un primer momento. Y por diferentes razones. “Es un sitio bonito, céntrico, grande y, además, fue una tienda de novias”, dice Andrea. Esta última característica tiene, para ambas, un impepinable valor simbólico. “Vimos enseguida que tenía una carga simbólica brutal y que se trataba de reconquistar un espacio. No buscábamos un edificio en particular, un lugar que transformar, pero La Sinsorga supone un cambio de era”, agrega Irantzu antes de subrayar la cordialidad que existe entre ellas y la antigua propietaria. “Si alguien quiere casarse con un vestidazo que se lo compre a ella”, recomienda, risueña.
CARO Y DIFÍCIL
Las obras de remodelación de este local, que en realidad abarca todo el edificio, no están siendo un asunto baladí. Irantzu y Andrea pretendían que todo el equipo ejecutor de la obra estuviera formado por mujeres. “No lo hemos conseguido al 100%. Hay hombres que participan en labores puntuales. Conformar este pequeño equipo que está ejecutando esta gran obra ha sido muy complicado”, expone Andrea. Las promotoras de La Sinsorga exponen que en un entorno “tan masculinizado” como el de la construcción o el de la fontanería hay pocas mujeres. “Muchas lo han acabado dejando y dedicándose a otra cosa por que están hartas”, denuncia Irantzu. Sin embargo, Andrea destaca que el núcleo de la reforma estará conformado por tres mujeres. "La arquitecta es Iratxe Marian, y creemos que está haciendo un trabajo fantástico", añade. Así las cosas, este proceso está siendo inevitablemente atravesando por múltiples dificultades.
Entre ellas, Irantzu destaca la de reformar un espacio que va a aunar espacios y actividades distintas. Y es que está siendo complicado ajustar La Sinsorga a los requisitos burocráticos y administrativos. “La normativa facilita mucho crear cosas de la nada, coger un local vacío y empezar de 0. Pero no sucede lo mismo cuando se quiere rehabilitar algo que ya existe”, lamenta Andrea.
En el mismo orden de ideas, toda esta remodelación está requiriendo de un desembolso importante de capital. “Estamos teniendo que gestionar unas cantidades económicas nunca antes conocidas por nosotras”, sostiene Irantzu. Precisamente por ello, ambas alientan, a través de una exhaustiva campaña en redes, a los y las interesadas en dar una segunda vida a este espacio a hacerse sinsorgas, y participar con donaciones en su remodelación. En esa búsqueda de vías de financiación surgió la idea de organizar una subasta, que dirigirá Irantzu junto a la drag queen Yogurina Borova. Se celebrará este viernes, 6 de enero, a las 20.00 horas en Bira Kultur Gunea.
Con lo recaudado en ésta Andrea e Irantzu pretenden, como Virgina Woolf, construir su ‘habitación propia’. Aunque, en realidad, ‘La Sinsorga’ es mucho más que una mera estancia. Se trata de todo un edificio rebosante de feminismo.