La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, instó ayer a reforzar el mercado único europeo ante una hipotética victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos este año, puesto que, según dijo, “la mejor defensa es el ataque”.
En un debate en el Foro de Davos junto al ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, la dirigente francesa subrayó la importancia de tomar la iniciativa para contar con un “verdadero mercado único”. “Creo que la mejor defensa, si así lo queremos ver, es el ataque. Y para atacar correctamente es necesario ser fuerte en casa”, afirmó la banquera central, recordando que, si bien la UE es una enorme zona económica en el mundo, todavía no es completamente un mercado único.
Trump, que aspira a recuperar en noviembre el sillón presidencial de la Casa Blanca, fue señalado en el Foro de Davos como uno de los factores que pueden influir en la evolución de la economía global en 2024, junto con una guerra a gran escala o una nueva pandemia.
INVERSIONES
En la sesión de clausura de la 54 edición del Foro Económico Mundial de Davos se analizaron las perspectivas económicas para este año, marcadas por la urgencia de la transición verde y los conflictos geopolíticos que pueden derivar en una guerra a gran escala.
Para Lagarde, en el camino a una economía descarbonizada, es necesario que “el dinero que se ahorra en Europa, o el dinero asociado a las pensiones, se invierta realmente en una unión del mercado de capitales que realmente funcione eficientemente”. Además, con la vista puesta en la reunión del BCE de la semana que viene, Lagarde explicó que no podía hacer comentarios que afecten o puedan desvelar nada sobre la postura de la entidad, aunque señaló que la economía mundial avanza hacia la “normalización de la no normalidad”. En este sentido, recordó que el consumo comienza a desvanecerse gradualmente como fuerza impulsora del crecimiento a medida que el mercado laboral ofrece síntomas de menor rigidez y que el exceso de ahorro mundial, especialmente en las economías avanzadas, disminuye, acercándose “prácticamente a cero”. “Si se combinan estos dos factores, menos rigidez de empleo y menos ahorros, el consumo ya no es una fuerza tan poderosa como solía ser”, apuntó, en referencia a una circunstancia que podría debiitar el crecimiento si otros pilares, como la industria, no mejoran.