Susana Sánchez, directora científica de Moa Foodtech, ha mostrado satisfacción en la mañana de este martes por obtener su startup el Premio EmprendeXXI.
Moa Foodtech ha logrado elaborar una proteína para utilizar en análogos cárnicos, lácteos o snacks. Análogos significa que se trata de productos sustitutos de otros que se encuadran en la misma familia.
DOCE EN PLANTILLA
Sánchez ha indicado que este galardón, organizado por CaixaBank en colaboración con Enisa y CEIN, reconoce el trabajo tanto de ella como de sus dos socios Bosco Emparanza, bioquímico y CEO de 30 años; y José María Elorza, director financiero de 33 años, y de su equipo. "Hace un año éramos tres y ahora doce personas", ha explicado.
En 2020, en los inicios de la pandemia, estos emprendedores pusieron en marcha su idea de negocio: "Desarrollar una proteína con alto valor nutricional a través de subproductos de la industria alimentaria que no usa, que desecha o que destina a alimentación animal".
DE DÓNDE PROCEDEN LOS SUBPRODUCTOS
Obtiene esos residuos de la industria del azúcar, del cereal, de pieles de patata, del proceso para elaborar el aceite o del suero lácteo, ha ejemplificado.
Por medio de un proceso de fermentación con microorganismos naturales –como levaduras o bacterias que "ya se comen en yogures", ha citado–, logran un ingrediente. Se trata "de una proteína de alto valor añadido que vuelve a utilizar la industria agroalimentaria para sus productos". Con ello, Moa Foodtech favorece la economía circular.
Sánchez, de 40 años, ha reiterado que "no hay una modificación genética de esos microorganismos", y que este proceso evita la deforestación y ahorra en el consumo de agua.
"Por ahora, hemos preparado la proteína a escala de laboratorio; pero para industrializarla debemos usar tanques de gran capacidad".
COMO INGREDIENTE "DE ALTO VALOR"
Esta proteína puede utilizarse como ingrediente para "hacer salchichas o hamburguesas veganas, o barritas energéticas", ha detallado.
Esta startup se ha centrado en "análogos cárnicos, lácteos y snacks", que es lo que más se demanda ahora.
"Una empresa puede usar la proteína para hacer una salchicha vegana o producir una salchicha que mantiene la proteína animal y quiere enriquecerla con la nuestra", ha aclarado.
"Hace unos días confeccionamos un queso vegano, que probamos en la oficina. Además hemos trabajado con Campofrío en una salchicha vegana", ha contado.
Hasta 70 empresas se han interesado por su proteína, que esperan comercializar a finales de año. EEUU y Asia son mercados potenciales, y Europa tiene una legislación más restrictiva.
"La industria agroalimentaria va hacia una de carácter biotecnológico. En definitiva, va a ser diferente a la que hoy en día conocemos", ha pronosticado Bosco Emparanza. "Nosotros debemos crecer, para que nuestra iniciativa tenga el impacto ambiental que queremos", ha concluido Susana Sánchez.