La reparación de una parte de la ladera del Paseo Nuevo, que cuenta con un muro provisional de protección para evitar peligros a los viandantes, comenzará después de la celebración de las regatas de La Concha, cuya última jornada tendrá lugar el domingo 11 de septiembre.
El contrato de obras fue suscrito en julio pero la actuación se ha pospuesto hasta el arranque del nuevo curso escolar, cuando desciende notablemente la cantidad de personas y vehículos que transitan por el Paseo Nuevo. Los trabajos costarán 542.630 euros (IVA incluido) y durarán veinte semanas, es decir, casi cinco meses, por lo que se alargarán hasta 2023.
Los desprendimientos de piedras y fragmentos de la ladera en este punto, situado bajo la batería de las Bardocas, y al suroeste del muro anclado de las inmediaciones, afectará a un espacio de 95 metros de longitud, un frente de cinco metros de alto y una ladera con pendientes máximas de 35 grados. Desde la aparición de los primeros desprendimientos en este punto, hace cuatro años, se colocaron paneles de hormigón con el fin de evitar que las piedras pudiesen llegar a la zona de tránsito.
Los análisis realizados por expertos han revelado la existencia de grietas y zonas inestables, lo que hace necesaria la obra, retrasada por motivos relacionados con la pandemia.
La obra de sujeción de esta parte de la ladera del Paseo Nuevo es una más de las innumerables actuaciones que ha acogido este espacio robado al monte, donde la erosión y el paso del tiempo hacen necesarias reparaciones con frecuencia para evitar caídas de piedras, como la que segó la vida de un joven donostiarra en 2013.
En enero del pasado año, el Ayuntamiento de Donostia encargó a Landabe Ingeniería un análisis de la situación actual de la ladera y del muro de mampostería existente, ya que se había detectado la aparición de grietas así como la a caída de pequeños fragmentos de piedra del talud.
Tras un análisis, los expertos vieron necesario actuar directamente sobre el muro y ejecutar otra pared sujeta por anclajes permanentes. También aconsejaron actuar en la zona más afectada del talud colocando una malla sostenida con bulones para su estabilización.
El muro se amplió
Aunque los desprendimientos de la ladera de Urgull situada bajo la batería de las Bardocas se remonta a 2018, hace dos años tuvo que ampliarse el muro de hormigón colocado, ya que cayeron más fragmentos de piedras, aunque no provocaron daños personales. A consecuencia de ello, la pared de contención se alargó unos 30 metros más para ampliar su ámbito de protección, hasta alcanzar los actuales 95 metros. Los bloques de hormigón que ejercen de parapeto ante posibles caídas de piedras fueron pintados con lemas e imágenes relacionados con el Día de la Mujer.