Hay entrenadores a los que le gusta hacer ruido, sacar pecho y que se note cuando ha hecho algo bueno. El técnico rojillo siempre suele estar en un segundo plano, moviendo el tablero sin mucho ruido pero con gran efectividad. Eso mismo hizo en el encuentro contra el Villarreal el entrenador de Osasuna, Jagoba Arrasate. Le dio al botón para desactivar al equipo visitante y, sobre todo, activar al suyo. Arrasate devolvió al Chimy a la banda y le dio las llaves del equipo a Javi Martínez. Veinte minutos nada más, pero fueron de los mejores de los últimos meses. Del comienzo de la segunda mitad hasta el 67 Osasuna dio un baño a un equipo llamado a competir en Europa.
El soriano, con dos portentos físicos como Torró (espectacular) y Moncayola detrás se dedicó a lanzar balones a los tres de arriba a cada cual más peligroso.
En uno de ellos, Rubén puso un centro perfecto al segundo palo y el Chimy recordó las carencias defensivas de Pervis Estupiñán. ¿A nadie le da la impresión de que, ahora mismo, el argentino parece más cómodo en banda que en punta? Como escondido, con más libertad para sorprender y llegar desde segunda línea. Esta nueva versión de Ávila, alejada de carreras innecesarias ni presiones locas, le da muchísimo al equipo. Mucho más que goles, aunque obviamente esto se le sigue dando perfectamente.
El cambio táctico de Jagoba le dio la vuelta a un partido que hasta entonces había sido divertido de ver pero que tenía mala pinta al estar tan abierto y estar en frente un rival con mucha categoría que además llegaba en racha.
Después del primer movimiento clave, Arrasate se marcó otro toque que cerró el partido. Colocó a Aridane en defensa de cinco y creó un muro con ellos más los tres centrocampistas que dejaron los esfuerzos del Villarreal por empatar en nada. Y nada significa que más allá del temor habitual al empate, realmente no hubo ocasiones de peligro sobre la portería de Sergio Herrera.
Él no se dará importancia, le gusta más permanecer en segundo plano, con sutileza, pero de la victoria que da media salvación tiene buena parte de culpa el entrenador rojillo.