La tasa de casos de violencia machista detectados en el ámbito sanitario se redujo hasta un 50% en 2020 debido a las restricciones impuestas por la pandemia y por los cierres temporales o definitivos de los centros de atención primaria, que priorizaron la asistencia telefónica.
"Todas estas circunstancias han podido suponer barreras de acceso para las mujeres que estaban sufriendo algún tipo de violencia de género", reconoce el Ministerio de Sanidad en su último Informe Anual de Violencia de Género, que analiza los casos de maltrato detectados y registrados en el Sistema Nacional de Salud (SNS) en 2020.
El cierre de ambulatorios, la atención telefónica, el retraso en las citas médicas, unidas a las restricciones a la movilidad tuvieron un efecto directo en las víctimas de la violencia machista, que pueden encontrar en el médico de cabecera una puerta de acceso al sistema de atención a mujeres maltratadas.
Así, 2020 fue un año complicado para la asistencia sanitaria y los casos de violencia detectados descendieron de manera notable.
Especialmente llamativa fue la caída de la tasa de casos detectados a través de la historia clínica en atención primaria (descendió un 50% con respecto a 2019 al pasar de 73 casos por cada 100.000 en 2019 a 36), y en la asistencia hospitalaria (que cayó un 47%).
En cuanto a los casos notificados por parte de lesiones, la diferencia se reduce y la tasa en atención primaria disminuyó un 15% al pasar de los 88/100.000 casos en 2019 a los 75.
En atención hospitalaria, sin embargo, esa tasa subió un 1,7% y pasó de los 26,1 casos por 100.000 detectados en 2019 a los 26,5 de 2020.
La sobrecarga del Sistema Sanitario
Sanidad cree que la caída de la detección de casos por parte de lesiones en la atención primaria se explica en buena parte porque muchas mujeres no quisieron sobrecargar el sistema con lesiones que podrían considerar no suficientemente graves en comparación con la situación de las personas enfermas de covid-19.
Mientras que ese ligero aumento en la asistencia hospitalaria correspondería a la derivación de las atenciones urgentes a los hospitales, dada la situación de los ambulatorios, o por el aumento de las agresiones con repercusiones más graves.
En total, el número de casos de violencia machista notificados en 2020 mediante historia clínica fue de 7.564, un 24% menos que en 2019 y los notificados mediante partes de lesiones 10.532, un 5% menos.
En los casos recogidos mediante historia clínica en atención primaria, el tipo de maltrato más frecuente es la violencia psicológica con un 33%, seguido de la física con un 24%, con caídas del 11% y 22%, respectivamente, respecto a 2019.
En los casos procedentes de la atención hospitalaria se invierten los porcentajes. La violencia física supone el 60% de los casos (22% más que en 2019), mientras que la psicológica es del 31% (un 0,5% más).
En cuanto a los casos recogidos mediante partes de lesiones en atención primaria destaca la violencia física con un 74% de los casos (4% más que en 2019), seguida de la psicológica con 55% (29% más). Y en la atención hospitalaria también se observa una mayor frecuencia de violencia física con 75,5% (3% menos que en 2019), que de violencia psicológica con 45% (104% más que en 2019).
Más de 600 casos de violencia sexual
Durante todo 2020, se notificaron además 616 casos de violencia sexual por historia clínica. Así, teniendo en cuenta que según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, más de 359.095 mujeres habían sufrido violencia sexual en los últimos 12 meses, el sistema sanitario estaría detectando a menos de 2 de cada mil mujeres en esa situación.
La detección de casos de violencia sexual por historia clínica bajó en 2020 en atención primaria un 2%, mientras que aumentó en atención hospitalaria un 26% respecto a 2019. En lo que respecta a los partes de lesiones, su detección aumentó tanto en atención primaria como en hospitalaria (21% y 17% respecto a 2019).
La edad media de las mujeres víctimas de violencia machista registradas por el sistema sanitario se sitúa entre los 20 y los 40 años, mientras que las nacionalidades más frecuentes son la boliviana, colombiana, ecuatoriana y peruana, seguidas de la marroquí.
Sanidad advierte, además, que las mujeres embarazadas presentan una probabilidad entre 2 y 4 veces mayor de estar en situación de malos tratos y, aunque las tasas de violencia detectadas por historia clínica en gestantes cayeron hasta la mitad en 2020, por partes de lesiones, sin embargo, éstas se mantienen similares a las del año anterior.
Según los datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, en 2020 se registró un descenso del 9,73% en el número de víctimas de la violencia machista, hasta las 145.731, y 48 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.