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Vida y estilo

La teleoncología y su influencia en la mejora del cáncer de mama

Hay quien considera que la optimización de la telemedicina debería ser una prioridad
La telemonitorización sirve en el tratamiento del cáncer de mama.
La telemonitorización sirve en el tratamiento del cáncer de mama.

La teleoncología mejora la calidad de vida de las pacientes con cáncer de mama. La aplicación de estos innovadores sistemas dee-salud tiene como objetivo principal mejorar la calidad de vida de los enfermos oncológicos y sus familiares.

Atendiendo a los datos del sistema europeo de información del cáncer, en 2020 se diagnosticaron más de 34.000 nuevos casos de cáncer de mama en España, siendo este tipo de tumor el más frecuente entre las mujeres.

Partiendo de las conclusiones de un trabajo final del máster universitario de Salud Digital (’E-health’) de la Universitat Iberta de Catalunya, la telemonitorización es una herramienta adecuada para el tratamiento del cáncer de mama gracias al uso de dispositivos ponibles (wearables), como pulseras electrónicas, aplicaciones (apps), mensajes, llamadas o videoconferencias.

“El uso de estos dispositivos electrónicos logra una evaluación continua y objetiva de la recuperación funcional mediante la medición de la actividad física”, ha explicado la enfermera e investigadora, Laura Pérez Fernández.

Gracias a estos dispositivos ya validados y que han demostrado su funcionamiento, se mejora la calidad de vida de las pacientes con cáncer de mama debido a su conveniencia, eficiencia y bajo costo. Además, se incrementa la seguridad de los pacientes y de personal sanitario.

La optimización de la telemedicina en oncología debería ser una prioridad, específicamente el acceso a capacidades audiovisuales que puedan mejorar la comunicación entre el oncólogo y el paciente”, recalca la autora de esta revisión.

Por otro lado, el trabajo también ha puesto de manifiesto que existen diferencias en función del grupo de edad de las pacientes y regionales respecto al uso de los dispositivos electrónicos. Por ejemplo, el uso de la teleoncología se manifiesta de forma diferente en los países en subdesarrollo, donde los pacientes suelen ser más jóvenes, mientras que, en los países desarrollados, los pacientes que usan telemonitoreo son más mayores y emplean pulseras electrónicas o aplicaciones.

“Además, se demuestra el valor de la telemedicina para otras poblaciones de pacientes, que van desde aquellos que no requieren terapia práctica directa hasta aquellos que no tienen la capacidad de acudir a una clínica tradicional por vivir en medios rurales o en zonas remotas”, argumenta la estudiante del máster de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.

Se calcula que el coste del cáncer en el Estado español es de unos 19.300 millones de euros. De este gasto, más de la mitad son abonados por el sistema sanitario público y el 45% es sufragado por las familias. En el caso concreto del cáncer de mama, se estima que el coste del tratamiento por paciente es de más de 58.000 euros si está localizado y más de 210.000 euros si está metastatizado, según datos del informe Impacto económico y social del cáncer en España, presentado por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en el año 2020.

Según esta revisión de estudios, los sistemas de salud digital aplicados al ámbito de la oncología permiten un mejor control de los síntomas derivados tanto del tratamiento quimioterápico como de la propia enfermedad. Y, en consecuencia, se reducen las atenciones en los centros sanitarios.

“Este tipo de sistemas permiten reducir las hospitalizaciones, la duración de las estancias hospitalarias y las visitas a los servicios de urgencia asociados a la morbilidad derivada del tratamiento”, ha incidido la autora.

No obstante, aunque la telemedicina y el telemonitoreo tienen muchos beneficios, hay ciertas limitaciones como las diferencias a escala tecnológica que existen entre los diferentes países. Por ejemplo, la variación de las infraestructuras en las diversas regiones puede crear diferencias en las posibilidades de implantación y de costes para los mismos servicios. “En este contexto, las desigualdades regionales en materia digital afectan la igualdad, la inclusión, el ejercicio del derecho a la salud e incluso la estabilidad democrática”, ha recalcado Pérez.

Los dispositivos ponibles aplicados en la teleoncología también brindan mayores oportunidades para medir variables y ofrecen una facilidad de uso para que los pacientes puedan realizar un seguimiento de su propio estado de actividad, así como el uso de varios dispositivos portátiles diferentes en el entorno oncológico. Así, la retroalimentación de información que permiten estos dispositivos podría desempeñar un papel importante en la motivación de los pacientes y posiblemente en la detección temprana de síntomas graves o empeoramiento.

Por ejemplo, el empleo de telecuidados a domicilio está especialmente indicado para la monitorización remota de la toxicidad relacionada con la quimioterapia o para aquellos que no requieren una terapia directa, más aún cuando los impedimentos físicos o geográficos dificultan el traslado a los centros hospitalarios.

2023-03-22T09:32:03+01:00
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