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“La Tierra no tiene la capacidad de regenerarse para mantener nuestro nivel de consumo”

“La Tierra no tiene la capacidad de regenerarse para mantener nuestro nivel de consumo”

Todo el planeta se ve afectado por el cambio climático. Sin embargo, “su impacto se distribuye de manera desigual”, afirma Jaime Mira, ambientalista de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Etiopía.

‘Justicia climática con África’. Así se titulaba su intervención en Sabino Arana Fundazioa. ¿A qué se refiere?

A todos los mecanismos y todas las soluciones que se deben dar para que los países que generan menos emisiones de gas de efecto invernadero y que a su vez son los más afectados por el cambio climático no tengan que pagar las consecuencias. Es una circunstancia de la que ellos apenas están contribuyendo. El cambio climático afecta de manera global, pero los impactos son muy diferenciados. Hay muchas razones por las que afecta más en África que en otros lugares, y tiene mucho que ver con el nivel de desarrollo y con el nivel económico, pero también con la estabilidad del Estado y las políticas públicas que se implementan.

¿En qué sentido?

La población más vulnerable, más pobre, es la más dependiente de los recursos naturales. Los medios de vida de esa población en general están orientados a la producción de alimentos o a la producción de artesanía basada en productos agrícolas. Sin embargo, el impacto no sólo se da en África sino que a todos los niveles estamos hablando de cuestiones de seguridad también.

Explíquese.

Dinero, migración climática... Para el año 2050 se estima que habrá más de 150 millones de personas en África que serán desplazados climáticos. Es un término que es relativamente nuevo y que es difícil de definir cuando una persona emigrante climática o no, porque está todo interrelacionado. Es muy difícil separar pero esas son las estimaciones. Cuando hay falta de agua y no hay cosechas, los que se ganan la vida con los cultivos o la ganadería en muchos pueblos africanos tienen que desplazarse, porque no tienen otro modo de vida. Eso genera un montón de presión en los países vecinos y también dentro del propio país. Y está generando dinámicas regionales que pueden impactar directamente a Europa. Y, concretamente, a España.

Que tiene frontera con Marruecos...

Sí, tiene las puertas de Melilla por ejemplo, con casi 10.000 subsaharianos. Muchos de ellos están ahí buscando una vida mejor, pero muchos están ahí porque lo han perdido todo y porque no tienen ninguna otra opción y no tienen medios de vida. Por eso es importante comprender que todo está vinculado.

¿Y cuáles serían los pasos a seguir?

Se necesita inversión. Por ejemplo, en adaptación y en mitigación del cambio climático. El principal emisor de gases de efecto invernadero del mundo es China, un país que apenas está contribuyendo a esas emisiones. Tiene que haber un tratamiento conjunto y común, y esos países también tienen que generar sus políticas públicas para la gestión de los gases de efecto invernadero y, sobre todo, para generar un modelo de desarrollo que sea sostenible en términos de producción energética y producción de alimentos. Hay un dato que refleja de forma clara la situación: España está consumiendo 1,7 Tierras en recursos.

¿Y cómo se sostiene eso?

La Tierra no tiene la capacidad de regenerar los recursos suficientes como para mantener el nivel de consumo que llevamos. Si todo el mundo llevara el mismo nivel de gasto y de consumo que España, estaríamos consumiendo 1,7 Tierras al año. Es un dato que te lo dice todo.

¿A qué consumo se refiere?

Es un índice que tiene un montón de variables. De gestión de residuos, de uso de materiales, de agua, de materias primas, de alimentos. Recursos naturales. Lo que tú consumes más luego lo que emites en forma de residuos y luego eso cómo impacta en la Tierra, y cuál es la capacidad de los ecosistemas para regenerarse.

Y cada vez va a más...

La gente piensa que esto lleva pasando muchísimo tiempo y es cierto, pero el cambio climático actualmente es un fenómeno generado por el hombre y tenemos evidencia empírica y científica de todo tipo que lo prueba. Es la primera vez en la historia de la humanidad que tomamos conciencia del impacto que estamos generando a nivel global. Y es la primera vez que tenemos tanta información y tantos datos sobre lo que va a pasar si no actuamos en consecuencia.

¿Entendería que no se atajara el problema con mayor vehemencia?

No lo entendería, sería una irresponsabilidad por parte de la humanidad. Es algo que nos afecta a toda la humanidad. Es verdad que los impactos son diferenciados. Ahora mismo igual una persona en Bilbao no lo nota tanto, porque la economía está mucho más desarrollada, pero una persona en otro lugar se tiene que ir porque, si no, se muere. Son tendencias globales que nos afectan a todos y es responsabilidad de todos también exigir a nuestros políticos que pongan esta cuestión en el centro del debate.

¿No lo está?

No creo que lo suficiente. La Tierra es un único ecosistema que está totalmente interconectado. El aire que respiramos todos los días se está viendo afectado globalmente y puede tener impactos directos en la salud de las personas y en la calidad de vida. Estamos hablando de algo que puede destruir nuestra forma de vida actual, de modo que tenemos que adaptarnos y debemos anticiparnos. La situación es grave, actualmente estamos asistiendo a la tercera extinción masiva.

¿Masiva?

Sí, en los últimos 50 años hemos perdido el 50% de la biodiversidad mundial, y es un fenómeno que se va a ir acrecentando con el paso del tiempo. Tenemos mucho que aprender todavía. ¿Qué pasa si el día de mañana se extingue un animal que tal vez tiene en su ADN o en alguno de sus mecanismos la solución al cáncer o alguna otra enfermedad? Es importante frenarlo cuanto antes. Como nota positiva, diría que la naturaleza tiene una capacidad de recuperación y de adaptación, por lo que, relativamente, se está a tiempo de ponerle solución.

11/06/2023