La trama de sobornos alrededor del Parlamento Europeo y hasta ahora vinculada a Catar y Marruecos operaba al menos desde 2018 y cobró también de Mauritania, según informó este miércoles el diario Le Soir.
El presunto cabecilla de la organización, el exdiputado socialista italiano Pier Antonio Panzeri, recibió 25.000 euros de ese país, según detalles de la declaración ante las autoridades de otro de los imputados, Francesco Giorgi, quien también se encuentra en prisión preventiva.
Además del dinero a Panzeri, el embajador de Mauritania en Bruselas retribuyó mediante el pago del alquiler de un piso en Bruselas a Giorgi, compañero sentimental de Eva Kailí y empleado de Panzeri como asistente parlamentario hasta que dejó su escaño en 2019.
La trama opera desde 2018
Panzeri, quien según las confesiones filtradas en la prensa habría reconocido interceder por Catar ante Marruecos a cambio de dinero pero sólo desde finales de 2019, es decir, cuando ya no era eurodiputado, y sólo recibió 50.000 euros. Sin embargo, siempre según el testimonio de Giorgi en Le Soir, el político italiano se comprometió a trabajar para Doha ya en 2018 y los pagos se iniciaron a inicios de 2019, en efectivo.
El contacto catarí era el entonces presidente del Comité Nacional de Derechos Humanos y actual ministro de Trabajo, Ali bin Samikh Al Marri, quien el pasado 14 de noviembre, en vísperas del Mundial, participó en un debate en la Comisión de Derechos Humanos de la Eurocámara presidida por la eurodiputada socialista belga Maria Arena, muy cercana a Panzeri.
Días antes, el político catarí publicó en Twitter un comentario y una foto, ahora famosa, de una reunión en Doha con la eurodiputada griega y entonces vicepresidenta del Parlamento Europeo Eva Kailí, pareja sentimental de Giogri y también imputada y en prisión preventiva.
En el marco de los registros practicados por las autoridades belgas el 9 de diciembre, la policía decomisó más de 1,5 millones de euros en efectivo en los domicilios de Kailí y Panzeri, lo que permitió detener a la eurodiputada pese a gozar de inmunidad parlamentaria, al considerar que estaba cometiendo un delito flagrante.