La presión que han ejercido a varias bandas el Gobierno vasco y el PNV consiguió hace unas semanas que el Ejecutivo español enviara la primera oferta de calado para negociar la transferencia de las líneas de tren de cercanías. Una vez desbloqueado ese paso tras meses con ofertas menores por parte del Estado, la consejería de Autogobierno que dirige Olatz Garamendi quiere cerrar la negociación con buena letra y sin prisas, para garantizar que el traspaso no venga con recortes o devaluado. De ahí que su equipo mantenga que queda mucho por trabajar y mejorar, y evita generar expectativas ante la reunión que mantendrán este martes los grupos técnicos de ambos gobiernos. Salvo que se produzca un giro importante en la negociación, no se espera que el encuentro desemboque en una inminente reunión de la Comisión Mixta de Transferencias esta misma semana para firmar el acuerdo.
Desde el Ministerio de Política Territorial que dirige Isabel Rodríguez, por su parte, reconocen a este periódico que es una reunión técnica y que el Gobierno vasco se tiene que pronunciar sobre la última oferta que le enviaron, de ahí que en buena medida todo dependa de las alegaciones que quiera hacer el equipo de Garamendi y de si cree que la propuesta de Madrid es ajustada: “Si no hay nuevas alegaciones, el acuerdo estará muy próximo”.
Según distintas fuentes consultadas por este periódico, aún quedan escollos relacionados con los medios materiales y también con el descuento de esa competencia del Cupo que paga anualmente Euskadi. Sí se está negociando el traspaso de líneas que salen de la comunidad autónoma en algún momento de su trazado, como la línea Bilbao-Karrantza, aunque todavía no hay nada cerrado.
Hay que sumar otro aspecto en lo que concierne a esta línea hacia Karrantza. El PNV ha registrado entre sus enmiendas parciales a los Presupuestos del Estado una inversión de un millón porque el Gobierno español se comprometió con unas frecuencias en los servicios y unos estándares de calidad que los jeltzales quieren que cumpla. Si se produjera la transferencia, probablemente habría que encajar este asunto de las inversiones pendientes y acordar si el Estado debe garantizarlas. Sobre la línea Bilbao-Balmaseda, determinante para la línea 4 del Metro a Rekalde, también se está hablando, pero sin haber cerrado nada. En este caso, la clave es negociar el traspaso de la infraestructura y no solo el servicio.
Zupiria matiza que queda trabajo por delante
La reunión de los grupos técnicos, que tendrá lugar este martes al mediodía por vía telemática (en estas reuniones no participan los consejeros ni los ministros), ha llegado precedida de cierta expectación generada por el delegado del Gobierno español, Denis Itxaso, quien aventuró que los trabajos están en la recta final para llevar los textos a la Comisión Mixta. El portavoz del Gobierno vasco de coalición PNV-PSE, Bingen Zupiria, ha matizado este lunes, sin embargo, que el acuerdo no está próximo, una afirmación que realizó tras haber pedido sus impresiones a la consejera de Autogobierno, y al consejero socialista del área de transportes, Iñaki Arriola.
En una entrevista en Radio Euskadi, confirmó la cita y que “la semana pasada la consejera Garamendi solicitó al Gobierno español una reunión presencial y técnica para entrar en el detalle de las cuestiones pendientes para lograr la transferencia”. “Creo que es una obligación de las dos partes avanzar y llegar a un acuerdo que todavía no está próximo. Por lo que nos han comentado la consejera Garamendi y el consejero Arriola, aún quedan muchos detalles pendientes de acuerdo y negociación”, aclaró.
Sin respuesta al lehendakari
Cuando se le preguntó a Zupiria si detecta un cambio de chip y una actitud más proactiva en el Gobierno español porque se encuentra en plena negociación presupuestaria y necesita los votos del PNV, sí quiso conceder que “ha habido una serie de cuestiones que han recibido una atención, como el traspaso de cercanías, pero otras no”. En ese sentido, no ocultó que aún no han recibido respuesta a la petición de convocar seis grupos de trabajo sobre las seis ofertas que ha enviado Garamendi en materias como las autorizaciones iniciales de trabajo en migración, y que tampoco el lehendakari ha recibido respuesta del presidente Sánchez a su petición de crear una comisión en un mes para abordar los traspasos pendientes.
La negociación de las líneas de tren de cercanías es el único melón que tiene abierto el Ministerio de Política Territorial de Isabel Rodríguez en un calendario en el que todavía quedan una treintena de materias y que fue aprobado por el propio Consejo de Ministros. El traspaso de los trenes no parece complejo a nivel político, pero la labor está siendo titánica a nivel técnico. El Ejecutivo español se negaba hasta hace poco a abordar siquiera el traspaso de las líneas de tren que salen de la comunidad autónoma aunque sea por unos kilómetros, y también planteó objeciones al traspaso de la infraestructura de las estaciones.
El consejero Arriola, por su parte, anticipó hace unos días en el Parlamento Vasco que el traspaso va a permitir a Euskadi tomar todo un elenco de decisiones sobre las tarifas y la calidad del servicio, pero matizó que no sería Euskotren quien opere los trenes al día siguiente del acuerdo porque Renfe tiene un contrato hasta 2028. Eso sí, se están negociando algunas infraestructuras como la línea de Balmaseda, y el propio Arriola dijo que esa gestión permitirá tomar decisiones sobre la infraestructura, planificar inversiones y realizar actuaciones sobre la integración urbana.
Las líneas en negociación
Garamendi ha puesto sobre la mesa las líneas Bilbao-Karrantza (que pasa por Turtzios), Irun-Vitoria (que pasa por Nafarroa), la línea e infraestructura de Bilbao-Balmaseda, y las líneas que solo discurren por la CAV: Bilbao Abando-Barakaldo-Santurtzi, Bilbao Abando-Barakaldo-Muskiz, Bilbao Abando-Laudio-Orduña, e Irun-Donostia-Tolosa-Brinkola.