Los países de la Unión Europea respaldaron la propuesta de la Comisión Europea para considerar sostenibles ciertas inversiones en plantas nucleares y centrales eléctricas de gas con lo que se supera el último obstáculo para que la polémica regulación pueda entrar en vigor en 2023.
Los Estados miembros tenían hasta medianoche del lunes 11 de julio para rechazar la medida por lo que, al haber expirado el plazo sin que se hayan opuesto, se considera formalmente aprobada, indicaron fuentes europeas a Efe.
El visto bueno de las capitales era el último paso necesario para avalar la propuesta después de que la Eurocámara diese su apoyo la semana pasada, con lo que ahora está previsto que se publique en los próximos días en el Diario Oficial de la UE y empiece a aplicarse el 1 de enero de 2023.
La propuesta incluye en la clasificación europea de las inversiones consideradas sostenibles - llamada formalmente "taxonomía"- las centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO₂ por kilovatio hora hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil.
El objetivo de la taxonomía era etiquetar aquellas actividades consideradas auténticamente verdes para facilitar que se canalicen inversiones a fines sostenibles en sectores como el energético, la agricultura, el transporte o la industria, pero en la práctica no obliga ni prohíbe invertir en ellas.
La idea de etiquetar como sostenibles algunas inversiones en gas y nuclear gusta en particular a Francia, a parte de los nórdicos y a otras muchas capitales de la UE, pero la desaprueban las sensibilidades más ecologistas tanto en el Parlamento Europeo como entre las ONG o los Estados miembros de la UE, donde la rechazan países como España, Dinamarca, Austria o Luxemburgo.
Esos dos últimos países confirmaron tras el voto en la Eurocámara su amenaza de llevar el expediente ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y la ONG Greenpeace informó de que pedirá formalmente una revisión a la Comisión y, en caso de que sea negativa, como cabe esperar, recurrirá ante el TJUE.
También la Plataforma de Finanzas Sostenibles, que asesora a la Comisión en la materia, había criticado la propuesta de incluir el gas y la nuclear cuando se presentó en febrero, pero tras el aval de la Eurocámara, su presidente, Nathan Fabian, puso en valor que la "taxonomía seguirá siendo una parte esencial del camino hacia las emisiones netas cero".
"La taxonomía ofrece a los inversores una lista de la compra para un futuro sostenible, pero no significa que tengan que comprar todo lo que ofrece", dijo en un comunicado, subrayando que cubre las actividades responsables de la mayoría de emisiones de efecto invernadero y que ha "estimulado" el debate, de modo que una veintena de países están elaborando sus propias clasificaciones.
La Comisión Europea, por su parte, ha defendido que se trata de una propuesta realista y pragmática en un momento en el que el gas y la energía nuclear serán necesarios para la transición energética de la Unión Europea, que además quiere acelerar su independencia de los combustibles fósiles rusos en el contexto de la guerra de Ucrania. EFE