EE.UU. anunció este miércoles un bloqueo total de los dos principales bancos rusos y sanciones contra las dos hijas del presidente de Rusia, Vladímir Putin, tras la masacre en la ciudad ucraniana de Bucha, donde aparecieron cientos de civiles muertos tras la retirada de tropas del Kremlin.
Un alto funcionario del Gobierno de Joe Biden explicó en una llamada con periodistas el "bloqueo total" a Sberbank y Alfa Bank, las mayores instituciones financieras del país, que no podrán hacer transacciones con EE.UU. en ninguna divisa.
Además, se sancionó a las dos hijas de Putin, Katerina Tijonova y Maria Vorontsova -a las que también la UE quiere incluir en un nuevo paquete de sanciones- así como a la esposa y la hija del ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
La Unión Europea también se ha propuesto sancionar a las hijas del presidente ruso, en una medida que añadiría presión sobre los familiares más cercanos del líder ruso en respuesta a la invasión de Ucrania, informa este miércoles el diario The Wall Street Journal.
Según el rotativo estas medidas se incluyen en el nuevo paquete de sanciones que los estados miembros de la UE deben aún aprobar y que incluyen desde prohibiciones de viaje a congelaciones de activos de empresarios, políticos, funcionarios y sus familias rusas.
Las hijas de Putin, desconocidas para muchos rusos
Putin no habla públicamente sobre su familia pero, según el Kremlin, tiene dos hijas con su primera esposa, Lyudmila Shkrebneva, que se han mantenido en gran medida fuera de la vida pública, hasta el punto de que muchos rusos no saben cómo son.
Según la revista Forbes, Maria Vorontsova es copropietaria de Nomeko, una empresa que participa en la construcción de un centro oncológico a las afueras de San Petersburgo, y Katerina Tijonova dirige un instituto de inteligencia artificial en la Universidad Estatal de Moscú.
Se desconoce si el líder ruso tiene otros hijos y el diario señala que, en el caso de la Unión Europea, no ha podido confirmar si las hijas objeto de las sanciones son las que él ha reconocido públicamente.
En 2013, la pareja dijo que su matrimonio había terminado. Al año siguiente, el Kremlin confirmó que el presidente ruso había culminado el proceso de divorcio de su esposa tras un matrimonio de casi 30 años.