El golpe de efecto que buscó el PP en el debate de política general del Congreso, con lazos azules y pidiendo un minuto de silencio para Miguel Ángel Blanco nada más empezar, se ha vuelto en su contra y ha desatado una polémica que ha amenaza con desgastarlo. La reunión exprés convocada con varios colectivos de víctimas ha desembocado en un cruce de reproches con la presidenta del colectivo de víctimas del terrorismo Covite, Consuelo Ordóñez, hermana del concejal asesinado por ETA Gregorio Ordóñez, quien se ha desmarcado de la estrategia de Génova al considerar que buscaba una foto para contraponerla al acuerdo entre el Gobierno de Sánchez y Bildu sobre la Ley de Memoria.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, llegó a decir estos días que Ordóñez “se equivoca” con sus críticas al PP y que las 19 asociaciones de víctimas que se reunieron con los populares en el Congreso se han mostrado agradecidas por haber sido convocadas al encuentro. Ordóñez fue tajante: “No mientas, hemos sido cuatro las que te hemos dado plantón. No son formas de convocar, y menos para utilizarnos para confrontar con otras víctimas, las del franquismo y la guerra civil, y sus legítimos derechos a ser reparadas”. En su comentario en Twitter, añadió un enlace a una información que anunciaba las ausencias de la Fundación Buesa, la Asociación 11-M y la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Todo este enredo viene de la intención del PP de buscar contradicciones al PSOE por haber pactado la Ley de Memoria Democrática con la izquierda abertzale.
Feijóo insistió en que les mandó “un mensaje la mujer de Gregorio Ordóñez diciendo que no podía venir porque tenía covid y agradeciendo la convocatoria”. “Por tanto, entiendo yo que, si la mujer de Gregorio Ordóñez nos acredita que le gustaría venir pero que tenía covid, no debería de molestarse ningún familiar de nuestro compañero Goyo Ordóñez”, dijo.